El otro día, mientras estaba en Puerto Rico me monté en mi carro y prendí como de costumbre my Spotify y cuando iba a cantar no me salió la voz. Todos estos días he querido que me vuelva la voz del todo para cantar ‘esgalillá’, como diríamos en mi isla. Ya casi. Yo tengo canciones para todo y quien me conoce bien sabe que la música es una parte esencial en mi vida. Y de la misma manera ha sido clave en mi crecimiento personal y espiritual. La semana pasada les contaba que antes de mudarme a Atlanta tuve que trabajar en cambiar mi mentalidad y empezar a creer en un Dios ilimitado que me podía bendecir y abrir puertas tan grandes que no cabían en mi cabeza. Tuve que empezar a creer que aunque no viera nada en ese momento, Dios estaba trabajando backstage en mis sueños. Tuve que empezar a creer que sin importar lo que había pasado antes en mi vida, los rechazos o las pérdidas que había tenido, mi pasado no limitaba mi futuro. Tenía que empezar a creer que yo me merecía las oportunidades. Y que si Dios me abría las puertas tenía que entrar confiada en su futura provisión. Para hacer este cambio yo hice una dieta mental estricta. Decidí que todo lo que oyera, viera o hablara tenía que ayudarme a cumplir ese propósito de cambiar mi mente. Y una de las cosas que fueron llegando a mi fueron canciones positivas o canciones que de alguna forma tocaron mi espíritu. Yo grabé unos cuantos cds con esas canciones y los oía constantemente. Les aseguro que en la repetición muchas cosas se grabaron en mi mente y fueron rompiendo poco a poco viejos patrones para dar paso a nuevas ideas. Una de esas primeras canciones es todavía un himno para mí, que se volvió muy especial poco antes de mudarme. A veces uno tiene sueños grandes y siente que los que están alrededor no los entienden. Pero en nuestro corazón sentimos que debemos luchar por nuestros sueños. Me emocionaba cuando cantaba: “Déjame volar aunque tropiece con el cielo. Hay noches estrelladas y días que se estrellan contra el suelo. Déjame intentarlo aunque tropiece son mis sueños. Si aguantan las estrellas, en una de estas noches contra el viento yo despego”. Cuando oía a Diego Torres cantar: “Sé que hay en tus ojos con solo mirar, que estás cansado de andar y de andar y caminar, girando siempre en un lugar. Sé que la ventanas se pueden abrir, cambiar el aire depende de ti”... era como si Diego me estuviera cantando a mi. Y Laura Pausini que me decía: “Mira en ti, escucha el silencio, tú corazón te soplará las palabras. Mira dentro de ti misma y entonces prueba así alcanzar dónde te lleva tu alma”. Y cuando pensaba en las oportunidades oía el consejo de Celia: “La oportunidad te llega, tú verás si te montas en ella. Agárrate fuerte y ya no te sueltes”. Azuca! Y cuando pensaba que estaba soñando muy grande me cantaba esa canción vieja que popularizó Marvin Gaye: “Ain’t no mountain high enough, ain’t no valley low enough, ain’t no river wide enough to keep me from getting to you, baby”. O escuchaba a un Ricky Martin que me decía: “Sé que estás ahí, que te encontraré. Aunque tarde una vida, yo jamás renunciaré”. En momentos de espera en los que no había respuestas escuchaba a Jesús Adrián Romero cantando: “Y esperaré pacientemente, aunque la duda me atormente, yo no confío con la mente, lo hago con el corazón. Y esperaré en la tormenta, aunque tardare tu respuesta, yo confiaré en tu providencia. Tú siempre tienes el control”. Nutrir mi mente consistentemente fue esencial para un cambio de mentalidad que al final trajo como resultado grandes logros que no estaban en el panorama. Yo fui celosa con mi dieta mental y día y noche estuve enfocada y vacunada contra cualquier pronóstico negativo. Y hoy te invito a hacer lo mismo, porque qué mucha basura dejamos que entre a nuestra mente y nos contamine. Los mensajes de las canciones que escuchamos tienen un poder sobre nosotros. Y hay canciones muy tristes, pesimistas, canciones de abuso, del que se quiere desaparecer de la faz de la tierra por un mal amor, canciones machistas, canciones violentas, hay de todo para escoger. Por eso escojamos bien. Yo les puedo decir que las canciones han sido y siguen siendo una parte muy importante en mi transformación. Una de mis canciones favoritas dice: “Si quieres verme caer del cielo, tendrás que cortar el aire”, de Rosana, que si la veo un día me gustaría darle un abrazote. Estos cantantes se han vuelto mis hermanos en mi proceso. Por eso quiero ya recuperar mi voz del todo, para poder hacer lo altos y los bajos como se debe. Ya mi voz está casi en todo su esplendor. Y por si acaso, le dejo una ñapa. De esas que oigo cuando creo que tengo demasiado en mis manos, con poco tiempo o pocas fuerzas. Canto con Marcela esta canción que dice: “Soy valiente y esforzada y no me canso para nada. Yo a mi derecha y a mi izquierda, mis ojos tengo en la meta: Jesús “. Escojan bien sus canciones y canten duro conmigo.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |