Por años me expuse al sol, a veces en la playa, en ocasiones, en el techo de mi casa. No me protegía para nada, más bien hacía lo que fuera por freírme como alcapurria.
Hay personas que hacen esto y consiguen un bronceado de anuncio y en mi cabeza yo pensaba que iba a lograr lo mismo, pero no. Yo me ponía roja como camarón y el efecto no me duraba nada...al fin y al cabo, eso solo trajo pecas y manchas, algo que he combatido con cremas, mi piel ha mejorado mucho, pero aún tengo manchas que siguen y seguirán conmigo. Recuerdo que una de esas veces en el techo intenté conseguir un buen “tan” para “verme mejor” en la boda de mi mejor amiga. El asunto es que ese bronceado fue un completo desastre, no sé ni cómo me quemé tan dispareja que parecía que tenía el Archipiélago de las Antillas en un brazo. Al otro día era la boda, en la que yo además desfilaba, y tuve que arreglar el asunto untándome base en los brazos y el cuello. Estaba tan roja que otra amiga que me vio en la boda creía que yo estaba demasiado nerviosa y por eso el tono colorao de todo mi ser. Y aunque me río de estos cuentos, lo más delicado en años recientes es que he pasado sustos. He ido al dermatólogo a revisar manchas y el doctor me ha eliminado alguna. Pero debajo de todo esto, bajo esas manchas, bajo esa conducta arriesgada, solo había inseguridades y complejos. Y me confieso porque hacemos tantas cosas buscando aceptación (sin darnos cuenta), cuando lo que en verdad necesitamos es aceptarnos a nosotros mismos, así como somos. Y mira que cuesta. Yo creo que es un proceso constante porque uno va cambiando y los años van poniendo otros desafíos a superar. Salen por ahí las líneas de expresión y arrugas, y así el proceso de envejecimiento sigue su curso normal con lo que nos toca ir haciendo este ejercicio diario de aceptación y amor propio a quienes somos hoy. Y ¿por qué? Porque se nos ha vendido desde siempre que debemos ser de otra forma...más gordos, más flacos, más altos, más bajos, más oscuros, más claros. Pero eso es tema para otro blog. La Biblia dice que aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior se renueva día a día. Creo que ahí está la clave para lograr esa aceptación. Y yo soy la más pro de cuidarnos, comer sano, ejercitarnos y ser creativos para arreglarnos bonitos y vernos lo mejor que podamos. Y sobretodo, cuidar el cuerpo porque eso es salud. Sin embargo, la cara cambia, el cuerpo cambia, por más que hagamos de todo y eso nos llama a aceptar nuestra humanidad y dar un paso más allá, abrazarla. Y pienso que ese paso lo damos con mayor facilidad cuando entendemos ese versículo que nos dice que aunque lo de afuera se desgasta, lo de adentro renace cada amanecer. Lo que tenemos adentro es lo que permanece, es lo eterno, es lo que no envejece, es nuestro espíritu. Y es muchas veces lo que dejamos de cultivar. Cuando nos definimos por lo de afuera, terminamos confusos, porque lo de afuera siempre es incierto, siempre está en estado de cambio. Nuestro físico cambia, nuestros trabajos, hoy día los tenemos, mañana no, nuestras posesiones pueden desaparecer en un segundo. Pero lo que somos adentro, eso es lo que somos y con lo que en verdad podemos trabajar para hacer cambios significativos. Porque aunque haya gente que insista en que no se puede cambiar, claro que se puede cambiar y mejorar y crecer y vivir vidas extraordinarias, si se decide y se trabaja con determinación. ¿Con qué nos estamos identificando? ¿Dónde pensamos que radica nuestro valor? ¿Es en lo que se desgasta o en lo que se renueva día a día? Te hago la pregunta y también me la hago a mí misma. Hacernos la pregunta es el primer paso. Hoy día, después de manchas, sustos y muchas crema$$$, me protejo del sol. Tomar una dosis de sol en horas adecuadas es necesario, pero protegiéndote. Pero sobre todas las cosas, evaluando cual es tu intención detrás de esta u otras prácticas. ¿Lo haces buscando aceptación? Por fin , ya no me frío en el sol, no sé cómo hacía eso, pero sí sé por qué, y hay lecciones que salen caras y nos dejan cuentos para despertar.
0 Comments
|
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |