Hace unos meses, y en dos ocasiones, me quedé encerrada en un ascensor. En la próxima ocasión entré al ascensor, pero solo el olor me hizo recordar el encerramiento y los pocos y largos minutos de desespero. Desde ahí me voy por las escaleras. Y aunque entro a ese edificio y veo a todo el mundo montarse en el ascensor, lo miro con desconfianza y vuelvo y me voy por el camino seguro de las escaleras. Gracias a Dios, esa oficina está en un segundo piso y no en el 17. A veces, las malas experiencias de la vida hacen que le cerremos la puerta al ascensor y digamos un ‘nunca más’. En una situación que, tal vez, no tuvo nada que ver con nosotros, sino que otro no respondió como esperábamos o nos falló, nos cerramos la puerta a lo nuevo que pueda llegar a nuestra vida. Y lamentablemente, no podemos llegar muy lejos así, porque es difícil elevarnos al piso 100, subiendo escaleras. Muchas veces no aprovechamos los nuevos ‘ascensores’ que nos pone la vida de frente para elevarnos porque tememos que nos fallarán, que nos quedaremos encerrados, desesperados y repetiremos la experiencia pasada. Y hasta nos da ese olor a peligro, como me pasó en aquel ascensor. Cuando la verdad es que ese olor no es real. Es olor a pasado. Y este ascensor que la vida te está poniendo de frente, es otro. Estoy segura que igual que a mí, a ti te ha pasado. Y hoy te invito a darte la oportunidad de montarte en ese elevador hacia nuevas alturas. Nada nos garantiza que no nos quedaremos encerrados, que se puede dañar, que podría ser una experiencia espantosa. Pero muy probablemente será una buena experiencia, sea que resulte como esperas o no, traerá aprendizaje importante a tu vida, y te elevará, sin duda. Entonces... no creas que todos los ascensores son iguales, puede que te estés perdiendo de vistas increíbles, por el solo hecho de no montarte en ese ascensor, por miedo a salir lastimado otra vez. Como diría Celia Cruz: “la oportunidad te llega, tú verás si te montas en ella”. Azúcaaaa!!
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |