En estos días recordaba uno de los últimos regalos de mi niñez que recibí de mi abuela, era un muñeco tipo Ken de Brandon Walsh, ese personaje de la serie Beverly Hills 90210.
Hasta hace pocos años ese muñeco estaba en mi casa en Puerto Rico, pero las últimas veces que he ido, no he tenido suerte para encontrarlo. Tengo muchos deseos de encontrarlo por lo que ese regalo significa. Recuerdo que se lo pedí a abuela y ella me llevó a Kmart y gastó veinte dólares, bastante dinero en aquel entonces y ahora, por un muñeco. Recuerdo lo feliz que yo estaba y ella igual por verme tan contenta. En estos días decía, ‘si ese muñeco apareciera’... Son esos recuerdos que quieres tener en sólido, en tus manos, por lo significativos, pero que cuando te pones a pensar no hacen una diferencia porque lo valioso de eso es la experiencia que vive en tu mente. Y pensaba en el cloud, la famosa nube que te permite almacenar tus datos en servidores remotos. Las grandes compañías han llevado su información a la nube en busca de eficiencia, seguridad y para economizar los grandes gastos de cambiar los sistemas de almacenamiento cada cierto tiempo. La nube es para proteger datos importantes, no es para desperdiciarse, porque mientras más espacio tu consumes más caro te sale. Pero qué maravilla que los seres humanos tenemos un cloud ilimitado. Ahí en ese cloud está clarito ese recuerdo del día que abuela me compró ese regalo. Y aunque no pueda cargar con él, porque no lo encuentro, eso no borra el recuerdo en esa nube. Hay personas maravillosas que ya no están en nuestras vidas, tal vez se fueron hace poco, tal vez mucho. Y aunque quisiéramos tener algo palpable de ellos, y no depender solo de nuestros recuerdos, lo más poderoso no es lo tangible, sino lo que no es tangible, pero si entrañable. Qué maravilla que en esa nube están tantas vivencias con los que se me adelantaron, pero otras de la gente que amo y que todavía caminan conmigo. Cuando fui esta última vez a Puerto Rico abrí una gran caja de recuerdos que tengo en casa. Tenía cartitas, tarjetas y hasta boletos de conciertos de hace 20 años! Y eso me encendió tantos recuerdos, el cloud se activó con cosas que estaban en ese baúl. Pero, es que, más que memorias claras, hay un archivo difícil de entender en el cloud y es el que encierra todos esos recuerdos, es el del enorme afecto que hemos recibido y que hemos dado. Ese está grabado en la nube, aunque nuestra memoria nos falle. En estos días soñé con abuela. Me abrazó y me repitió en tres ocasiones que está bien. Doy gracias a Dios por ese abrazo y esas palabras. Y al despertarme mi cloud sigue funcionando, y allá, dondequiera que estén esos servidores virtuales, recuerdo aquella tarde en que mi abuela me dijo un te amo con aquel regalo...ojalá un día pueda encontrarlo, pero en mi cloud sigue intacto, y nuevo de paquete.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |