Resolución de cuarentena

En estos días pensaba que los que se enamoren en una época como esta, lo harán de corazón, porque ni caras vemos, ni caras enseñamos.

Pero ya, hablando en serio, hace un mes que estoy en casa, agradecida de poder trabajar aquí. Desde que comencé esta cuarentena he pensado que este tiempo de pausa y de encierro tiene que servir para algo productivo.

Muchas veces deseamos tener un espacio y un tiempo que nunca llega por el ajetreo de la rutina diaria. Hoy soy más consciente, gracias a la cuarentena, de lo acelerado que vivimos, de la cantidad de tiempo que se nos va en viajes de ida y vuelta al trabajo, por ejemplo. Y de que las experiencias no las vivimos en verdad, muchas veces estamos dormidos mientras la vida pasa.

Pero en este tiempo se nos ha regalado una oportunidad, es más, no han obligado a esta oportunidad. Y es la de trabajar con nosotros mismos, conocernos a profundidad y crecer en el área que sea, física, emocional, espiritual. Crear algo nuevo, desarrollar esa idea de negocio. Ponle el nombre que quieras a esa meta que te viene a la cabeza ahora.

Mi meta es que la que salga de esta cuarentena sea mucho mejor que la que entró, sea que levanten las restricciones en una semana o en varios meses.

Esta experiencia no me puede dejar igual, porque estoy consciente que llegó para algo. Llegó para aprender y crecer, para ser mejor que ayer.

Si yo te pregunto, qué está saliendo de tu cuarentena, ¿qué me dirías? ¿Qué estás produciendo en tu cuarentena?

Para algunos podrían ser recetas nuevas, otros están adaptando una nueva rutina de ejercicios en casa, otros están leyendo esos libros que tenían pendiente, otros están escribiendo sus propios libros, otros montando un negocio, creando arte precioso, cosiendo, haciendo videos, aprendiendo un nuevo idioma o un nuevo oficio, o descubriendo talentos que ni sabían que tenían. Muchos se están reinventando.

Para otros, la respuesta a la misma pregunta de qué está saliendo de su cuarentena será: ansiedad, miedo, cansancio, aburrimiento, enojo, desesperación, frustración, y por ahí la lista continúa.

Y yo sé que vivimos tiempos difíciles de mucho dolor, de temor e incertidumbre. Creo que la mayoría hemos llorado en estos días por las muertes o hemos sentido temor a contagiarnos o incertidumbre por el futuro.

Pero por más incómoda que pueda ser la incertidumbre o el encierro en algunos momentos, o la tristeza que podamos sentir por las noticias diarias, sacar provecho a este tiempo dará algún sentido a este desierto y nos ayudará a que el tiempo pase más ligero.

Que esta cuarentena nos haga más libres, más conscientes, más generosos, que sea tiempo donde fluyan grandes ideas, donde conectemos con Dios de una manera nueva, que nuestra fe se multiplique, que nuestros corazones crezcan en agradecimiento. Y ojalá que antes de que nos abran la puerta, nuestros corazones y mentes se abran. Y qué salga desbocado lo mejor que llevamos dentro. Que nuestro enfoque sea Dios.
Amén