Cuando estaba en décimo mi maestro de geometría vivía en la casa del frente. Recuerdo que una mañana se preparaba para montarse en su vehículo, sacó el bulto de la escuela de su hijo para montarlo al automóvil y entró un momento a la casa.
Desde la ventana vi que tan pronto abrieron el portón eléctrico de mi casa salió disparado mi perro Choki. Solo yo fui testigo del momento. Parece que iba desesperado buscando baño, vio el bulto del hijo de mi maestro, levantó la pata y lo bautizó. Nunca olvido la escena, como una película en mi cabeza. Con prisa, mi maestro agarró el bulto de su hijo, lo montó en el carro y agarraron camino. Y colorín, colorado… Hay que decir que en la escuela yo siempre fui muy buena en español e historia, pero las matemáticas, ni antes, ni ahora han sido mi fuerte. Ha sido una asignatura que me ha costado mucho, mucho. Gracias a Dios, mi lucha con las matemáticas no me impidió ir a una buena universidad, ni dedicarme a mis profesiones, que nada han tenido que ver con los números, porque Dios sabe lo que hace. El imán más cercano que hemos tenido con la matemática fue mi perro con el bulto del hijo de mi maestro de geometría, de ahí, nada más. Aunque tengo que decir que ese vecino maestro me tuvo mucha paciencia. Pero bueno, creo que a la matemática le tengo una especie de fobia. Creo que esa es mi relación con los números, más que falta de habilidad o inteligencia matemática es un miedo que no me deja abrirme a ese mundo y al cerrarle el paso, pues no hay nada que hacer. Es como construirte un muro ante una posibilidad, en el fondo por un temor a no conseguir descifrar algún problema matemático, especialmente, si al lado de los números hay alguna letra. Que, ojo, las letras me encantan, pero ¡cero números al lado! La matemática, sin duda, es y creo que será mi asignatura pendiente, y con eso estoy muy en paz. Pero me he dado cuenta de que por ahí rondan en mi vida muchas más asignaturas pendientes. Esas que, a diferencia de las matemáticas, hacen que se me emocione el corazón al pensar en ellas. Cosas que he tenido en mi lista de sueños y “to do lists” por muchos años. En estos días veía un video de Marie Forleo, una coach y autora en el que hablaba de cuando escuchas o ves algo y en tu corazón sabes que ese algo es lo que debes hacer, sea ir a una conferencia, tomar una clase, you name it. Hay tantas cosas que por años hemos apuntado en una lista mental, pero mientras va pasando el tiempo, por falta de acción, vamos apagando esos sueños en nuestro interior. Y al igual que yo con las matemáticas, muchas veces se trata de un temor interno muy grande a fallar, a no ser exitosos resolviendo esa “álgebra”. Y en el camino, muchas veces vemos a otros más valientes, emprendiendo eso a lo que tanto miedo le hemos tenido, y es una experiencia chocante. Porque la vida nos pone un espejito de frente para que espabilemos y vayamos por nuestros sueños, porque por algo están ahí. ¿Cuál es tu asignatura pendiente? O ¿Cuáles son? Yo tengo varias, pero hay dos muy muy importantes y que, con el tiempo, como siguen en esa lista mental, me vuelven a reclamar que haga algo al respecto. Yo sé que tú estás en el mismo bote. Tienes sueños en suspenso. Son asuntos que al imaginarlos sonríes y te brillan los ojos, pero es una película que no te has atrevido a hacer realidad porque tu miedo ahoga tu sueño. A mí me gustaría verte viviendo eso que hasta ahora solo ha estado en tu mente. Dios sabía que yo no necesitaría las matemáticas, nunca soñé con ellas, nunca me emocionaron y no me han hecho falta en lo profesional. Pero hay sueños que sí me emocionan, que me duermo pensando en ellos y me levanto pensando en ellos. Dios sabe los sueños que pone en nuestro corazón y están ahí como una semilla que Él colocó, porque tiene propósito con ella. Para muchos, la pandemia ha sido un tiempo de pérdida económica o de empleo, un tiempo en el que al no ver alternativas, tienes al mismo tiempo ante ti todas las posibilidades. Tal vez es un buen tiempo para hacer revisión de esa lista mental de sueños en suspenso. Quizás este tiempo de tormenta te ha llevado al punto de arranque en el que tu sueño te hace la invitación nuevamente a que hagas algo por él y por ti. No sé cual sea tu asignatura pendiente, puede ser un negocio, ir o volver a la universidad, cambiar de carrera, escribir un libro, no lo sé, pero tú y Dios lo saben. Eso que late en tu corazón te está haciendo otra vez un llamado fuerte, escúchalo y ve por él. Yo sé que no es fácil, pero es mucho peor ver pasar el tiempo y sentado en tu sillón de recuerdos pensar en ese sueño que dejaste naufragar, por miedo a naufragar. Mejor es naufragar en acción que quedarte en el puerto y mirar a otros marineros valientes camino a su asignatura pendiente.
1 Comment
Víctor
2/7/2021 07:31:43 pm
Tienes una magia con las letras. Siempre me deleito leyendo lo que escribes. Eso de letras con números....
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Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |