Sin duda, 2018 ha sido el año de la valentía. Unos meses en los que la vida me ha obligado a decir cosas difíciles de decir, a asumir retos que me quitaron el hambre de comida y me hicieron comerme las uñas. Y aún quedan decisiones tan difíciles como importantes. A veces oramos y presentamos nuestros deseos delante de Dios, pero el deseo de Dios no sólo es responder a nuestras peticiones, sino más allá de eso, transformarnos en seres humanos más completos. Su plan es estirarnos hacia su propósito para nuestras vidas. Y para eso, hay ocasiones en las que nos tocará vender el presente para poder comprar un futuro. Hay momentos en que nos toca dejar lo conocido para aventurarnos a lo desconocido. Y obviamente no es una transición sencilla. Es dejar el nido de la supuesta seguridad. Ese nido a veces, en lugar de ser una cama se vuelve una cárcel y la paja en vez de un colchón se vuelven barrotes. Porque, aunque son cómodos te llevan a una vida estática. Nosotros fuimos creados como todo lo demás en la naturaleza, para dar fruto, y si no estamos siendo fructíferos, hay que evaluar dónde estamos y qué estamos haciendo. Lo primero es tener una conversación importante con uno mismo y preguntarse con sinceridad si la situación que vivimos, en el área de la vida que sea, nos sirve. Preguntarnos hacia dónde vamos y si las situaciones o la gente que tenemos alrededor nos puede acompañar a ese lugar al que nos dirigimos. Si no, con amor, hay que dejarlas atrás. Cuánto escuchamos ese refrán de ‘más vale pájaro en mano que ciento volando’. Qué refrán más terrible. Habla de seguridad, de no arriesgar. Pero qué vida vale la pena sin riesgo. Y por otro lado, qué es seguridad, si eso no es más que una fantasía. Como escribió Miguel de Unamuno en su ensayo Adentro, “vale más que en tu ansia por perseguir a cien pájaros que vuelan te broten alas, que no el que estés en tierra con tu único pájaro en mano”. Muchas veces, como dijo Unamuno en su ensayo, ponemos más ahínco en no caernos que en subir. Y vuelvo y te repito, hay momentos en la vida en que te tocará vender tu presente para comprarte un futuro. Si tú estás ahí, tú lo sabes en tu corazón. Eres un ser humano lleno de tanto potencial, no dejes que se quede en eso. Dios te puso en este mundo con esas cualidades únicas para que des todo de ti hasta que no quede una gota en tu interior. A veces, estamos esperando a que las cosas mágicamente cambien. Esperamos por la vida, pero la vida está esperando por nosotros, y ahí es que empezará lo ‘mágico’ a fluir. Mis amigos, la vida bien vivida, es riesgo, es equivocarse, es volver a intentar, es pasión, es entusiasmo, no tiene mucho que ver con seguridad, aunque es importante vivir con responsabilidad. Dios te creo para brillar, y si hoy estás en el nido te digo que te creó para más que eso. La valentía es un regalo añadido de una vida bien vivida, esa es la que yo quiero vivir y la que deseo que tú vivas. Morir como Icaro vale más que vivir sin haber intentado volar nunca, aunque fuese con alas de cera. Sube, pues, para que te broten alas, que deseando volar te brotarán
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |