Hace poco encontré un paraguas que había guardado. Estaba roto y habría jurado que lo había botado hace tiempo, pero seguía conmigo. Me emocioné, porque es mi paraguas favorito, un buen paraguas que me regaló mi hermana hace tiempo, transparente, muy lindo. Tiene más de una década conmigo. A una de las piezas de metal de la sombrilla se le zafó un tornillito y esa era la única razón por la que estaba roto. Busqué en mi gaveta un kit que tengo para arreglar espejuelos y con uno de esos tornillos lo reparé. En estos días la usé y sobrevivió. Fue gracioso, porque adentro le encontré un papelito que decía que tenía una garantía de por vida, lo que quiere decir que si se rompía te enviaban otro. Ya es muy tarde para pedir reemplazo, o por lo menos eso creo, aunque dice lifetime. Pero hablando de otra cosa, esta semana, un día que hice desayuno se me quedó la caja de huevos fuera y adivinen qué, no me los pienso comer. Así que lo único que puedo hacer es ir y comprar otros porque no tienen el papelito del paraguas. Perdí una caja casi completa de huevos, ni modo. Esta semana mi blog cumplió cuatro años. Y pensé qué pasaría si perdiera las casi 200 reflexiones que he escrito, si la página por alguna razón no funcionara. Hay momentos así. Uno puede trabajar toda una vida por algo y de la noche a la mañana, verse con las manos vacías. En eso pensé cuando el huracán María azotó Puerto Rico. Cuánta gente no perdió por lo que trabajó por tanto tiempo, tal vez una vida entera. Pero lo más admirable era ver a la gente con buena actitud, esperanza y sentido del humor. Y en el fondo con una certeza, tal vez no tan consciente, pero si presente, y es que las manos, la cabeza y el corazón que crearon, que trabajaron, que alcanzaron, lo pueden volver a hacer. Por eso es que hay tantas personas que luego de irse a la bancarrota vuelven a levantar negocios prósperos. Y esto aplícalo al área que sea en tu vida. Cualquier barco que haya naufragado en tu vida puede tener un feliz arribo si tú te das una nueva oportunidad. En estos días que veíamos cómo Manny Manuel vivió momentos muy difíciles cuándo perdió el control en una tarima en España. Fueron muchos lo que hicieron escarnio de ese gran talento y buen ser humano. Pero lo más grande es que en medio de tan difícil momento, Manny se dio una segunda oportunidad y ha recogido éxito, aplausos y cariño en el mismo lugar de su aparatosa caída. Eso es de aplaudir de pie. Todos estamos expuestos a vivir la misma experiencia, tal vez en otro escenario y de un día para otro, por la razón que sea, podemos perder lo que hemos logrado. Pero de algo estoy segura, y es que las mismas manos que cosecharon ayer, saben, pueden y volverán a cosechar. Entonces, después de cuatro años escribiendo este blog, si perdiera todo lo que he escrito, me quedan mis manos, me queda mi cerebro y sobretodo me queda mi alma para volver a escribir. Hoy Dios nos hace un llamado, en este domingo de resurrección, y es a resucitar eso a lo que tal vez le has dado sepultura, porque creíste equivocadamente que naufragó. Porque te diste por vencido. Pero cómo en aquella vieja película ‘A walk in the clouds’, con Keanu Reeves y Aitana Sánchez-Gijón, cuando todos creían que el viñedo familiar se había perdido en el incendio, las raíces estaban intactas, listas para un nuevo comienzo. Tú estás listo para un nuevo comienzo, tan pronto tú lo decidas. Hoy es día de resurrección. Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |