Por muchos años, cada vez que llega el Día de Acción de Gracias y yo no estoy con mi familia en Puerto Rico, ellos me han mandado la cena hecha, vía FedEx. Siempre le digo a mami que no haga eso, porque a parte del esfuerzo, es un envío muy caro, pero no hay quien la convenza de lo contrario. Un gran amigo periodista mexicano con el que trabajé me decía a esto: “eso es amor, no babosadas”. Bueno, él no decía babosadas, pero la palabra que usaba suena como babosadas, pero en un tono más fuertecito. En fin, el verdadero amor, se demuestra en ocasiones de las formas más prácticas en nuestro diario vivir. Y muchas veces se resume en querer el absoluto bien del otro. Por eso, esta despedida de abuela me ha hecho sentir ese dolor de haber sido amada con toda alma y de haber amado mucho. En la Biblia, la primera carta a los Corintios, en el capítulo 13, habla del amor. Y dice que el amor no es egoísta, que no busca lo suyo. Cuando fui hace algunas semanas a Puerto Rico, para ver a mi abuela, cuando se debilitó, yo la veía en la cama y entendía esas palabras de Corintios. Y a pesar de que era una viejita de 97 años, yo quería que se quedara más tiempo con nosotros. Pero entendí que el amor no puede ser egoísta, y que el amor desea siempre lo mejor a ese ser amado, aunque tenga que haber separación. Por eso, aunque ahora me cuesta resignarme a que no está, pues la veo en los espacios donde nos acompañaba y tengo recuerdos de ella en cada etapa de mi vida, sé que ella descansa porque era su momento, porque se ganó el descanso después de una vida bien vivida. Después de dejar huella en este mundo. Ese es mi gran ejemplo y el que voy a emular. El de una mujer detallista, siempre con una sonrisa y con un “Dios te bendiga”, con un regalo para todos. Una mujer fuerte que enfrentó duras adversidades con fe y optimismo. Una mujer que creía que Dios podía hacer lo imposible. Entonces, ella nos dejó tanto, que aquí seguirá con nosotros. Solo que esta separación duele. Pero estos son los dolores que valen la pena, los dolores por los que aunque el corazón se queja, dentro de ese dolor lo que hay es un agradecimiento infinito por haber tenido el privilegio de disfrutar de un ser humano tan maravilloso, generoso, humilde, desprendido, alegre, cariñoso, fuerte y la lista no acabaría. Hay dolores que valen la pena y este es uno de ellos. Hasta hoy supe cómo el verdadero amor puede doler, pero también sé que el verdadero amor nunca te abandona, que se sacrifica por ti, que da todo hasta irse sin nada más que dar. Cómo diría mi amigo, “eso es amor...”, y hoy lo tengo más claro que nunca. Hasta siempre viejita de mi corazón, gracias por regalarme verdadero amor. Las buenas obras jamás descansan; pasan de unos espíritus a otros, reposando un momento en cada uno de ellos para restaurarse y recobrar sus fuerzas. Haz cada día por merecer el sueño, y que sea el descanso de tu cerebro preparación para cuando tu corazón descanse; haz por merecer la muerte.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |