En las redes sociales, las pantallas de televisión, hacia donde mirara esta semana encontraba un nuevo detalle de la desgarradora noticia de la masacre del club Pulse de Orlando.
Llegó un punto en que tuve que darle un espacio a mi mente para descansar de leer del tema por la forma en que me afectaba. El domingo no me podía dormir. El lunes me desperté con esa tristeza encima. Y como es la costumbre, las redes sociales se llenaron de imágenes alusivas a la solidaridad con los afectados por el tiroteo y el hashtag 'We are Orlando' estaba en todos lados junto a templates especiales para la foto de perfil y coloridas imágenes de corazones, banderas y más. Las tragedias siempre nos unen, nos sacuden, nos mueven a querer mostrar nuestra solidaridad y me gusta que se busquen formas a través de las redes sociales para hacerlo. Pero me pregunto, de aquí a un mes, ¿seguiremos tan solidarios y unidos como hoy? O nos habremos olvidado ya de las banderas, corazones, de las víctimas y del odio, la intolerancia y la homofobia que le robó la vida a 49 seres humanos, que dejó heridos a medio centenar más y que marcó a tantas familias y amigos. Cada vez que ocurre una tragedia como la de París, la de San Bernardino, la de Orlando, la gente se moviliza a mostrar su solidaridad y compasión. Como que de repente la compasión se pone de moda, hasta que se olvida otra vez y pasa la moda. Me acuerdo en Puerto Rico cuando se puso de moda un peinado que le decían la ola, las mujeres y también las niñas se levantaban el fleco o pollina y con mucho spray y una peinilla se peinaban hacia el lado, cuánto más alta la ola mejor. Ya nadie usa la ola, gracias a Dios. Pero así son las modas, como las olas, vienen y van. Pero hay asuntos que tienen que dejar en nosotros una marca importante, no ser modas pasajeras, sino experiencias que nos transformen, que trasciendan lo temporal. Y no tengo nada en contra de compartir mensajes de solidaridad, de publicar fotos de perfil especiales, yo también lo he hecho. Pero no nos podemos quedar solo en eso. Porque aunque es bueno irnos en esa ola de promover la compasión y la solidaridad en las redes sociales, esto no puede ser solo una moda que llega y luego se olvida. La compasión, la solidaridad, el compromiso por la justicia y el trato digno a todo ser humano tiene que ser un estilo de vida, no una moda que nos enganchamos un día para luego dejarla en el olvido. Los hechos que nos han dolido tanto en estos días y otras tantas tragedias que pasan todos los días en otras partes del mundo y muchas veces tan cerca como en nuestros vecindarios, son un recordatorio de que estamos llamados a servir, a solidarizarnos con otros seres humanos, a ponernos en el lugar de otros. Que la compasión no sea una moda, sino parte de nuestro proceder cada día. Que miremos a los demás con ojos de misericordia. Que con nuestro ejemplo se replique esa solidaridad en otros, tanto así, que muchos le 'den share', pero en sus corazones y en sus acciones a diario. La compasión verdadera no es ola pasajera, la compasión se vive.
1 Comment
Wilma
6/21/2016 04:49:08 pm
Tienes mucha razón. La compasión no puede ser una moda sino un a parte integral de nuestra conducta. Algo que está forjado en el corazón del ser humano y que debe actuarse no sólo decirse. Qué bueno que hay muchos medios de comunicación social es que nos permiten enterarnos y ver la necesidad humana. Ojalá no nos quedemos en la superficie de la noticia, la pena y la tristeza. Sino que cale hondo en nuestros corazones. Y que por la gracia del Señor transforme nuestras vidas. Y nos permita demostrar bondad, amor y aceptación a los que nos rodean.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |