En estos días mis papás estuvieron viajando, y una que otra vez nos enviaron alguna foto para que disfrutáramos alguno de esos momentos del viaje, pero no vi que publicaran ni una en Facebook y dije: 'esos sí están disfrutando'.
Es gracioso como tenemos tantas plataformas para socialización y hasta transmisión en directo, y eso aunque ha acercado gente extraña o gente que no se veía hace mucho, en muchos de los casos hasta nos aleja en nuestros propio hogares, y hay familias bajo un techo interactuando gran parte del día con fotos de extraños, compartiendo cualquier cosa y así se nos van las horas juntos, pero en mundos distantes. Yo me incluyo en la lista. Si me pusiera a contar las horas que paso mirando el teléfono en la semana, el mes o el año posiblemente quedaría en shock, porque el tiempo en estas boberías se nos pasa rápido. Como diría Séneca: "El tiempo que tenemos no es corto; pero perdiendo mucho de él, hacemos que lo sea. La vida es suficientemente larga para ejecutar en ella cosas grandes, si la empleamos bien. Pero al que se le pasa en ocio y en deleites y no se ocupa en loables ejercicios, cuando le llega el último trance, conocemos que se le fue, sin que él haya entendido que caminaba". Necesitamos evaluar el tiempo que le estamos dedicando a las redes sociales porque a veces decimos, 'el tiempo no me da'. Pero no nos damos cuenta de todo el tiempo que perdemos. Y por otro lado estar conscientes de cómo las redes sociales nos pueden estar aislando de nuestros seres queridos aún bajo el mismo techo y sobre la misma mesa. Cuántas actividades productivas para nuestra mente, para nuestros cuerpos, para nuestro espíritu podríamos hacer si cortáramos todos los días algunas horas con las redes sociales. Y además ayudaríamos a nuestros niños a desarrollar actividades importantes que los saquen de las tabletas y los celulares, que aunque son una buena herramienta para aquietarlos un rato, por otro lado los aíslan. Y no digo que cerremos las cuentas, aunque un ayuno de ellas no vendría mal, lo que pienso es que mientras más avances tenemos para estar supuestamente más conectados, en realidad, estamos más desconectados. Y mientras más medios hay para comunicar algo en directo menos estamos comunicando lo importante. Es un reto manejar el tiempo en redes sociales, pero necesitamos estar conscientes del tiempo que le estamos dedicando y si en verdad estamos disfrutando la vida o estamos compartiéndola con el mundo en Facebook, pero en realidad no la estamos saboreando cómo debemos. Podrías estar viviendo una experiencia por la que esperaste años, el concierto de tu cantante favorito, el viaje de tu vida, y si te dedicas a tomar fotos o vídeos todo el tiempo y subirlas a Facebook para que el 'mundo' se entere, te lo vas a perder. Desconéctate un rato de las redes y conecta contigo, con tu espíritu, vete a disfrutar el aire libre, lee un buen libro, tómate un café con los amigos y guarden los celulares. La vida se nos escapa entre los dedos, lo importante se nos esconde entre fotos, mensajes positivos, chismes y noticias. Apaga el teléfono y mira alrededor: esa es tu vida. ¿Te gusta? La respuesta a esa pregunta no está en Facebook.
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |