Hace unos días mientras conducía, el chofer de enfrente frenó de repente. Cuando me fijo en el carro, se trataba de un estudiante que estaba tomando clases para aprender a manejar.
Con solo ver esta escena mi mente voló a esos días cuando tenía 17 años y estaba aprendiendo a conducir. Cada vez que iba a una clase terminaba con las manos rojas de tanto apretar el volante y el cuello todo adolorido por la tensión. En mi primera clase le dije a la maestra que yo sabía guiar un poco, no sé si es que yo creía saber más de lo que sabía, pero la verdad es que eso era mentira. La señora terminó con lo nervios de punta y me dijo: "mira nena, que de esto yo vivo", creyendo que le iba a destrozar el carro. Dios mío, ¡creía que nunca iba a aprender! Yo me imagino, que tal vez, ese estudiante que manejaba en el carro frente a mi se sentía igual. El día que me dieron la licencia fue tremenda fiesta. Hasta cuando la tuve que entregar aquí para sacar la licencia de Georgia me dio sentimiento, esa tarjeta era una señal de victoria. Momentos como el de aprender a manejar y otros mucho más difíciles me han enseñado cuan importante es tener paciencia ante un proceso. Vivimos vidas aceleradas donde podemos conseguir muchas cosas de inmediato. Pero lo valioso, cuesta. Cuesta tiempo, empeño, dedicación, compromiso, no rendirse. Una de las lecciones más importantes que he aprendido es a tener paciencia, especialmente conmigo misma cuando no consigo algo de inmediato. Incluso cuando he pasado por momentos de sanar heridas, ha sido un alivio grande el recordar que tengo que tener paciencia conmigo misma. Es posible que estés en uno de esos procesos, que no nos gustan tanto, pero sin duda nos hacen falta. Te aseguro que si caminas con calma, paso a paso, vas a llegar al otro lado donde te espera una recompensa. Todos hemos pasado por procesos y hemos salido airosos de muchos. ¿Cuál es tu señal de victoria, como aquella licencia? Colócala donde puedas verla para recordar ese momento, eso te dará nuevos bríos. Así como fue ayer, será mañana. A veces en los proceso de la vida, nos desgastamos y terminamos como yo, después de aquellas clases, completamente agotada. Te invito a darte una palmada en el hombro y reconocer todo lo que hasta aquí has logrado. Lo demás, llegará. Ten paciencia, fe y sigue caminando.
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |