Levántate y anda

Ahora que estamos a punto de acabar este año, muchos tenemos resoluciones que se quedaron en el tintero.

Hay una brecha entre el querer y el hacer que no llegamos a saltar.

Y es que a veces deseamos algo, pero en el fondo queremos que suceda de forma mágica. Y para los que somos creyentes en Dios, a veces podemos convertir a Dios en una varita mágica o en Santa Claus.

Hay algo que aunque había escuchado y creía que había aprendido, realmente hice mío este año.

Y es que la fe, como dice la Biblia, es muerta si no tiene obras.

La fe es fundamental, pero si solo nos aferramos a ella, esperando que Dios haga todo y nosotros nada, entonces nos quedaremos esperando.

Dios puedo darnos lo que sea, no hay duda de eso. Pero en el proceso, Dios nos va dirigiendo a dar pasos importantes, nosotros caminamos junto con Dios, seguimos su dirección, no es que Dios camina solo en tu proceso.

Es importante que entendamos que Dios, como a aquel paralítico, te dice: “levántate y anda”. Porque a veces, lo que llamamos fe es parálisis.
​
Hay una cita de Martin Luther King Jr. que es contundente en cuanto a lo que es la fe y lo que creemos que es.

“Debemos aprender que esperar que Dios haga todo, mientras nosotros hacemos nada , no es fe, sino superstición“, dijo King.

En lo que sea que estés viviendo hoy, no importa cuál sea tu circunstancia, tú proceso, o la meta que quieras alcanzar, Dios te invita no solo a creer, sino a convertir esa fe en acción.

Y yo sé que a veces no sabemos si actuar porque decimos: ‘no me quiero salir de la voluntad de Dios’. Pero si mantienes tu sintonía con él, vas a saber cuándo moverte y cuándo poner freno.

Dios nos invita a caminar sobre las aguas con él. Eso requiere de esa fe que obedece cuando le dicen: ‘levántate y anda’.