Esta semana fui a tomar unas clases de salsa. El salón estaba lleno. Esta clase va de un nivel de principiante a intermedio. Yo dije, “bueno, principiante, esta es la mía”.
Llegué a la clase con mis zapatitos de baile, de lo más linda yo, con mascarilla incluida. Les confieso algo, hace tiempo no me sentía tan perdida en algo. No le pude seguir casi ningún paso a la maestra. Mientras hacía mi esfuerzo, sentía que había perdido mi dinero, el viaje y aquellos 50 minutos de mi tiempo. Anteriormente había ido a una clase en otra escuela y aunque algunos pasos me costaron sentí que había podido agarrarle el paso a la otra instructora. Pero este no fue el caso. Mientras intentaba imitar a la maestra en esta última escuela veía a algunos estudiantes también medios perdidos. Otros seguían la rutina con destreza. La vergüenza empezaba a aflorar mientras hacía lo que podía por seguir aquellos pasos supuestamente para principiantes. Yo puedo dar pasos básicos de salsa, pero aprender bien, siguiendo los pasos con conteo, y en inglés, oh Dios. Ese es sobretodo un gran reto mental, que, aunque es muy incómodo en su momento, a la larga sé que beneficia mi cerebro. En medio de aquel momento en que sentía que había perdido el tiempo, que comparaba mi poca habilidad con la destreza de otros o que sentía deseos de salir corriendo de allí, recordé algo importante. Muchas veces avanzar en la vida implica estar dispuesto a pasar vergüenzas y momentos incómodos. Aprender requiere no saber. Y los duros que admiramos tanto han tenido muchas caídas y metidas de pata, pero no se han rendido. Y han estado dispuestos a volver a meter la pata. Porque en verdad querían lo que perseguían. Porque si el objetivo es claro y de verdad lo queremos haremos lo que sea necesario para conseguirlo. Si no lo queremos tanto, entonces nos rendiremos en las primeras frustraciones. Ganar requiere estar dispuestos a pasar vergüenzas y a perder muchas veces. Aprender requiere estar dispuestos a hacerlo mal, a meter la pata, a preguntar mil veces. Todos en la vida estamos en esa carrera en la que muchas veces compite nuestro deseo de ganar con nuestro deseo de no perder. Y en muchas ocasiones enganchamos los guantes temprano con tal de no arriesgarnos a perder. ¿Pero qué es perder? ¿Cuál es la mayor pérdida que no salga como deseamos o rendirnos en el intento? Estoy segura que igual que yo tienes esos dos boxeadores peleando en tu cabeza. Y eres tú quien decides a cual le vas a hacer caso. Si gana tu sueño o tu miedo. Yo pienso que Dios me ubicó estratégicamente en la carrera de periodismo para obligarme a ser atrevida, porque fue un reto muy grande para una persona introvertida como yo. Y pasé muchísimas vergüenzas. Siempre recuerdo que en 2008 intenté hacer mi primera entrevista telefónica en inglés y el entrevistado me dijo que le pasara a otro compañero, que yo no sabía inglés. De eso hasta hoy día ha sido un camino largo de muchas experiencias que me han dado destreza y seguridad. Pero si en aquel momento me hubiera rendido por el mal rato, estaría hoy en el mismo nivel. Lo mismo pasa con la salsa, con la carrera y con la vida. No hay avance sin percances. No hay ascenso sin vergüenzas. No hay aprendizaje sin novatadas. Es imposible ser quien quieres ser sin ganártelo con muchos tropezones en el camino. Esa gente que admiramos tanto en tantos ámbitos se han dado duro en la vida, los músculos no salen solos. Esa gente también fueron principiantes, pero con un objetivo claro, no había reversa, sin importar las malas condiciones de la carretera. Las historias más interesantes son esas, las de esos personajes que con más razones para rendirse que para seguir adelante, eligieron la última opción. A esos les llamamos triunfadores, pero es que no hay triunfo sin un buen saco de fracaso incluido. Esa es como la cherry del bizcocho. Hace poco escuché una frase en una serie y una bombilla se prendió por ahí. “Sabes cuánto esfuerzo requiere hacer algo sin esfuerzo”. Amén a eso.
1 Comment
Eric Vega
11/18/2020 04:22:05 pm
Hola
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |