Hace unos meses estaba haciendo fila en una tienda y resulta que era el día de descuento para seniors. Al llegar mi turno la cajera me preguntó rápidamente si tenía 65 años. Me dió un ataque de risa y perdí la oportunidad de ahorrarme un 50 por ciento en mi compra.
Me dió tanta risa que lo compartí con alguna amiga que estaba ofendidísima de cómo esa cajera se atrevió a decirme algo así y me preguntó si no la había insultado. Yo no tengo 65, y creo que me veo joven para 65, así que ese asunto me hizo la noche. No sé si la cajera estaba en automático con la pregunta, sus razones tendría, pero a mi me causó mucha gracia. Pero esta experiencia y llegar a lo que le dicen la mediana edad (aunque nadie sabe cuál es la mitad de su vida) me hace pensar en cuánto veneramos la juventud y cuánto tememos la llegada de todos esos cambios físicos que son parte del regalo de crecer. Cumplir años es una bendición que no todos disfrutan. Sin embargo, el paso de los años lleva a un punto de repaso sobre lo que se ha vivido y lo que aún no se ha vivido. Y se valora de acuerdo a las expectativas que nos pusimos cuando éramos mucho más jóvenes sobre lo que debimos haber logrado a la edad que ahora tenemos. Y ese es un duro látigo si lo usas. Sobretodo si te comparas con Juana, María o Lorenzo. Cada persona está corriendo su propia carrera y envejecer es un asunto diferente para cada quien. Cada uno de nosotros determinamos los parámetros de cómo viviremos y cómo miramos la realidad de hacerse viejo. Cuando era pequeña pensaba que la gente de 30 ya era vieja, imagínense cómo las cosas cambian y uno ve con otros ojos la edad. Ahora pienso que una persona de 30 está empezando a vivir...jajajaja. Y supongo que así seguiré pensando de las siguientes décadas. Ahora sé que una persona de 60, 70, 80, 90 con un espíritu joven puede vivir una vida más plena y feliz que la de uno considerado joven por su edad cronológica. Miremos solo el ejemplo del expresidente Jimmy Carter, un hombre de 95 años, sobreviviente de cáncer en el cerebro, entre otros problemas de salud que no le detienen. Esta semana se cayó y tuvieron que ponerle varios puntos en una herida en su rostro, pero al siguiente día estaba regalando su tiempo para construir casas para los necesitados. Así es que se vive. Y por otro lado todos conocemos personas mucho más jóvenes que Jimmy, pero con un espíritu tan viejo, que ya está casi en la tumba. Entonces, la edad, no importa los años que tengamos es para ser celebrada, porque es un regalo de infinitas posibilidades e infinitas alegrías. Y cuando se cuida bien la salud, nos ayuda a vivir esos años altos con mayor libertad y disfrutar mucho más. Yo quiero llegar a vieja, rodeada de amor, de muchas anécdotas, muchos viajes, dejando algo bueno de mi en los me encuentre por el camino. Vivir en paz y con alegría. Y bien fashion. Si estás en ese punto en tu vida en que estás haciendo repaso, aprovecha y en vez de mirar lo que te falta, agradece todo lo que has vivido hasta aquí. Tantas, incontables bendiciones. Y ponte nuevas metas, toma nuevos proyectos y lánzate. Una mujer inspiradora, la escritora Maya Angelou dijo una frase que podemos aplicar para vivir una vida rica a cualquier edad. “Mi misión en la vida no consiste en meramente sobrevivir, sino en crecer, y hacerlo con algo de pasión, algo de compasión, algo de humor y algo de estilo”.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |