Recuerdo que cuando llegué a Philadelphia a cubrir la visita del papa Francisco entré al apartamento donde me quedaría ese fin de semana, y luego de una mañana de viaje con pocas horas de sueño la noche anterior, quise al menos cerrar los ojos unos minutos antes de arrancar a mi primera entrevista que tenía pautada para las 2 de la tarde.
Las calles alrededor del apartamento donde me estaba quedando estaban cerradas, o sea, no había movimiento de ningún tipo de transporte, solo de la policía. Así que yo, que por primera vez hacía una cobertura de esta magnitud y estaba sola, tenía un peso muy grande sobre mis hombros y una gran emoción y también incertidumbre de cómo me iba a mover en aquel lugar, qué haría y cómo resultaría todo. Mil preguntas daban vueltas en mi cabeza mientras cerraba los ojos por 20 minutos para arrancar hacia todo aquel enorme signo de interrogación. Cuando me levante y fui a maquillarme un poco para salir, en la pared del baño encontré un letrero que fue mi mantra en aquel fin de semana maravilloso, extenuante y caótico. "Go with the flow", decía aquel cuadro que yo supe en mi corazón que era un mensaje del mismísimo Dios. Fui a la cocina y me preparé una bolsa de sandwiches con todo lo que había comprado la noche antes en un Walgreens cercano a mi casa. Agarré mi mochila con todas mis armas de trabajo y salí a la calle sabiendo que serían horas y horas largas de trabajo sin pausa. Y con la certeza de que en la oscuridad todo lo que yo necesitara iría llegando. Y como siempre digo, muchas veces uno pide milagros y cuando suceden uno no los puede creer. Todo llegó y mucho más de lo que necesitaba. Esa misma noche caminando en las calles entre la multitud de los millones que llegaron a la ciudad ese fin de semana encontré a la gente que había llegado de Atlanta. Fue el primer milagro de muchos. Hice mis entrevistas, me ofrecieron comida y algunos me acompañaron esa noche hasta la puerta del apartamento donde me quedaba, que estaba en una zona medio peligrosa. Les puedo decir que tuve agua cuando necesité, gente que hasta me ayudó cuando estaba haciendo entrevistas, para asegurarme de que estuviera dentro del cuadro. Tuve gente que me ayudó a cargar la batería de mi celular. Hice hasta amigos y muchas entrevistas. Esta experiencia me recordó que en el viaje de la vida, cuando tenemos encomiendas, también tenemos la cobertura de Dios y nada nos falta. Muchas veces sufrimos de más en la vida porque nos resistimos. Y el miedo a lo desconocido es resistencia. La falta de fe es resistencia. Cuando fluimos en el escenario donde la vida nos pone y estamos dispuestos a sacar lo mejor de la experiencia, nuestros desafíos más grandes se vuelven el testimonio del Dios todopoderoso que nos respalda. La Biblia dice que "por fe andamos, no por vista". Y así es la vida, la fe nos lleva mucho más lejos que nuestros ojos. De hecho, muchas veces nuestra vista nos limita, porque nos permite medir hasta donde supuestamente podemos llegar, mientras que la fe es ilimitada y no como esos planes que tienes de celular. La fe no tiene límites y nos lleva donde nuestros ojos no llegan. ¿Cuál es tu escenario hoy? ¿En qué debes fluir? Recuerda que lo que enfrentas hoy no es por casualidad. Algo Dios quiere desarrollar en ti para llevarte a nuevos niveles. Mi experiencia cubriendo la visita del papa ha sido y será una de las mejores que he tenido en mi vida profesional, sin duda. Fue un antes y un después. Pero fue así porque estuve dispuesta a fluir, a creer y a sacrificarlo Todo. Lo que enfrentas hoy no llegó para destruirte, llegó para expandirte. Fluye, confía y camina. Dios va delante y te abre camino en tierra desconocida.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |