Hace un tiempo mi casa se volvió set de grabación y por supuesto, como siempre, cuando tengo invitados en casa me aseguro que todo esté en su lugar. Pero en medio de mi faena arreglando mi casa se me pasó un detalle, uno bastante escandaloso.
El camarógrafo acomodó el set improvisado en mi cuarto, me dijo dónde sentarme y acomodó el micrófono y se puso los audífonos para probar el sonido. Cuando de repente me pregunta: ¿Qué es ese ruido? Y yo le digo: ¿cuál? Resulta que hace algún tiempo las baterías de mis detectores de humo se agotaron y cuando eso pasa el aparato cada ciertos minutos hace un beep. Ese era el ruido que hacía no uno, sino unos cuatro o cinco detectores de humo con baterías expiradas. Cuando me di cuenta me dio mucha vergüenza, cómo era posible este despiste. Y el camarógrafo me preguntaba: ¿pero, cómo tú puedes dormir con ese ruido? Yo le dije que ese sonido me arrullaba en la noche. Pero de lo que me di cuenta es que uno, luego de cierto periodo oyendo un ruido, con el paso del tiempo se vuelve una música más, te acostumbras a convivir con él, así se trate de una alarma. Y muchas veces vivimos así, ignorando lo que nos dice la vida que siempre nos está hablando. Pero si ignoramos esa voz repetidamente, con el tiempo nos volvemos sordos a ella. Y es un peligro, porque es esa voz en nuestro corazón que nos señala el camino y que muchas veces nos aleja de peligros y de dolores innecesarios. Pero si nos acostumbramos, un día podemos terminar con la casa en llamas, sin enterarnos y teniendo a disposición un sistema que con baterías te salva la vida, pero sin ellas, no es más que decoración. Pregúntate si ese sistema tan maravilloso, tu GPS personal, te está funcionando bien, si las baterías están al día. O si con el paso del tiempo has dejado de oír esa voz que nos dirige en el camino, que nos libra de peligros, que nos llama la atención y nos lleva a actuar a nuestro beneficio. Analiza si has estado dándole la vuelta a la misma montaña, encontrándote con los mismos personajes que no suman y restan, dándote los mismos golpes. Hay una lección que no estás aprendiendo y en esta vida no se nos permite fracasar, te siguen dando el mismo examen hasta que lo apruebes. Es tiempo de reconectar contigo, con Dios. Ponerle las baterías a ese GPS y si es necesario cambiar la ruta. Tienes a tu disposición una herramienta como ninguna para caminar hacia tu propósito, para tomar buenas decisiones y alejarte de lo que no aporta nada a tu vida o de los peligros. Pero si las baterías están vencidas de nada te va a servir. No dejes que te pase como a mí y te acostumbres a vivir con un detector de humo con las baterías agotadas. Los 'fuegos' en la vida en la mayoría de los casos se pueden prevenir, con un simple cambio de baterías. Yo ya cambié las mías. :)
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |