Casi cada semana llegan esos días en los que, en medio de un reportaje empiezo a llamar a gente que quiero entrevistar, el número uno, no responde, el número dos, tampoco, el número tres, parece estar con el número uno y número dos.
Entonces repito el proceso tratando de conseguirlos y a veces me empiezo a preocupar de si los voy a conseguir, y si voy a poder completar mi reportaje a tiempo, si esos seres no contestan, pronto. He tenido muchas mañanas así en los pasados años, algunas cerca de mis deadlines, lo que en ocasiones te hace empezar a comerte las uñas. Pero he aprendido a poner en práctica una técnica, que de una forma casi mágica, si lo quieren llamar así, hace que toda esa gente me conteste. Después de esas mañanas de llamadas sin responder, me voy de almuerzo. Y cuando vuelvo los consigo. Cuando estamos fijados en una meta, eso de que 'lo quiero y lo quiero ya', muchas veces las cosas como que no fluyen, se paralizan. Yo creo en la energía que ponemos en lo que hacemos, y cuando estamos tensos y hasta obsesionados con que algo pase, las cosas usualmente no se dan. Esta semana me pasó. Quería hacer un video y lo quería hacer de cierta forma y tenía poco tiempo para hacerlo. Y necesitaba a un oficial de la policía que me ayudara. El miércoles lo llamé y había pocas posibilidades de que me dijera que ese mismo día podía y yo estaba en contra del reloj. Llegó un punto que en mi interior decía: 'que se pueda, que se pueda, que se pueda'. Yo soy el tipo de persona enfocada en la meta. Y lograr esa entrevista, ese día, me estaba poniendo ansiosa. Hasta que decidí tener calma en mi interior y dije: 'si no se da, yo voy a estar bien, y voy a resolver con el material que tengo'. Pocos minutos después me llamó el oficial, su jefe le dio permiso y esa misma tarde filmamos el video. Soltar, qué difícil es a veces, pero que necesario es para vivir en paz. Soltar es fe de que donde nuestras manos no pueden llegar, las de Dios no están limitadas. Soltar no significa no hacer nada, soltar quiere decir que has hecho lo que humanamente has podido, y lo sueltas con fe en manos de quien lo puede todo. Y es confiar que sea cual sea el resultado final, los planes de Dios son mejores que los tuyos. Y sí, esa espera... Es tortuosa, muchas veces. Pero no tengo duda, porque lo he vivido en tantas ocasiones, siempre que sueltas algo, eres recompensado. A veces con lo que deseas, y otras con algo mejor. Si hoy estás en un momento de espera, si estás pidiendo fervientemente a Dios cada día por algo, y ya te estás agotando, llenando de ansiedad en esa petición, suelta, deposita tu petición en las manos de Dios, pídele que sea su voluntad, porque la nuestra a veces, hasta nos mete en problemas. Y vete a comer, vete a dar un paseo mental, descansa en fe. La respuesta está en camino. Deja que Dios te sorprenda. Descansa.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |