Hace unos días, cuando estaba saliendo de mi casa abrí la puerta de mi garaje para llevarme tremenda sorpresa. Justo detrás de mi carro, en mi driveway estaba estacionado otro carro. Y yo dije: 'vaya, tengo roommate y no lo sabía '. Resulta que eran los trabajadores de la compañía que corta la grama en la urbanización y tuve que ir al patio de mi vecino a llamarlos para que movieran su carro de mi entrada. Al principio me dio coraje, pensé, a quién se le ocurre pararse en el estacionamiento privado de una casa y luego me dio risa. Pensaba qué se habrían comido o qué rayos les pasó que se metieron como si fueran la visita. Y llamé a mi hermana esa mañana para reírnos de la rareza que me pasó. Les cuento esto porque me he dado cuenta que hay una epidemia que nos está atacando más fácilmente que el flu y esa es la de ofendernos por cualquier cosa y cuando digo cualquier cosa, a eso me refiero. Aunque no niego que me molesté y sobretodo me sorprendí al principio (y me sigo sorprendiendo) al haberme topado con ese carro o con la respuesta de los muchachos que simplemente me dijeron "I'm sorry", no dejé que eso se convirtiera en un asunto diferente a lo que fue. Porque yo tuve la oportunidad de tomarme el asunto a lo personal y decir cosas como: "¿cómo se atreven a hacerme eso a mi? O más ridículo aún: 'se pararon en mi casa porque soy mujer, o porque soy latina o porque soy boricua o bla bla bla'. Si uno busca una razón para sentirse ofendido siempre la va a encontrar. Y hay formas más fáciles de ofenderse, por ejemplo: ves a alguien desayunando a las 7 de la mañana con una Coca Cola gigante en la mano. Y dices: 'mira para allá, qué persona tan irresponsable, tomándose una Coca Cola desde el amanecer. Por eso se mueren jóvenes, y les revienta el corazón'. Y ese es solo un ejemplo, tú adáptalo a tu vida. A qué eres intolerante. Sí, porque todas esas son formas de intolerancia y de buscar ofensas donde no las hay. La mente es muy poderosa y cuando llevamos mucho tiempo pensando de cierta manera a veces no nos damos cuenta de lo intolerantes que somos. Una de mis respuestas mentales cuando me encuentro con un pensamiento intolerante es: 'sé y deja ser', ese es mi mantra. Y créeme que cada vez que me digo esa frase reaccionó inmediatamente. Es muy efectiva. En otras palabras vive y deja que la gente viva como le de la gana. Porque ofenderte por como otros viven, piensan y hacen es creer que tú tienes la razón. Es creerte que estás por arriba. A la intolerancia y a esa tendencia a andarnos ofendiendo fácilmente hay que combatirla para crecer a otras alturas. Porque la intolerancia tiene poca estatura. Hoy te pregunto: ¿por qué te estás dejando ofender tan fácilmente? Nadie te está ofendiendo, solo tú lo estás haciendo cuando andas agarrando catarros que no te pertenecen. Ante esos microbios párate vigilante y di con fuerza, 'a mi no'. Hace unos años conocí a una mujer que nunca olvidaré. Yo era trabajadora social en una organización y ella vino a mi consulta. Era una hondureña llamada Zuyapa y tenía un cáncer cerebral avanzado. Ella había tenido algunas pérdidas en su vida, había sufrido depresiones, según me contó y ella interpretó su enfermedad con unas palabras que todavía puedo escuchar. "Yo me enfermé por pensar tanta mierda", me dijo un día. Hace algunos años la visité cuando ya los médicos la habían desahuciado. Se fue en paz luego de una larga enfermedad. Murió muy joven, unos cuarenta y tantos. Yo creo lo que Zuyapa me dijo una vez, creo que nuestros pensamientos incluso pueden llevarnos a tener padecimientos físicos. Y cuando me veo pensando algo que no es para mi beneficio recuerdo las palabras transparentes de aquella mujer y hoy las comparto contigo porque te pueden servir. Dejemos de vivir buscando ofensas y ofensores donde no los hay. Deja de ver las cosas con el lente en zoom. Aprende a tomar tus experiencias tal y como son. Y verás que muchas de esas situaciones que podrías interpretar como ofensa, si quisieras podrían ser razones para reírte mucho. Yo creo que Dios es un gran comediante y nos regala experiencias muy divertidas, si las vemos con los lentes correctos. Yo, por ejemplo, todavía me pregunto qué les pasó a esos locos que se estacionaron en mi driveway. Ellos no lo saben, pero fueron el highlight de mi día. Si te tomas la vida con humor, encontrarás razones para no aburrirte. Porque la vida es bella y para disfrutarse. Suelta ese hábito de ofenderte por todo. Sé y deja ser. No vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |