Este no es mi destino

A mi me emociona un road trip, y preparo mi carro, pongo musiquita y nos vamos. Es emocionante empezar la ruta. Pero en esos largos viajes, cuando vas a mitad de camino, y tu ruta consiste de árboles y más árboles, o cualquier cosa que parezca que vas repitiendo las gráficas de un videojuego, el camino te va pareciendo eterno y aburrido.

Nos parece en ocasiones que nunca llegaremos al destino. Sin embargo, recordar hacia dónde vamos y lo que nos espera, tal vez una hermosa playa, los familiares o amigos que no ves hace tiempo, una deliciosa comida, te anima a seguir el viaje. Sabes que ese camino tipo Super Mario Bros. repetido no es tu destino final.

Eso me ha pasado en la vida, cuando por momentos me he encontrado en situaciones incómodas, a veces por meses, incluso años en los que al igual que ese camino monótono, hubo momentos desgastantes que no parecían tener fin.

Pero una frase me volvía a levantar en mis días de desesperación y la comparto contigo porque tal vez te sientes estancado en una situación que parece no acabar. Tal vez se trata de tu trabajo, tu matrimonio, tu relación con tus hijos, un negocio...

Ese no es tu destino final. El momento que estás pasando, pasará. Como las olas del mar pasará. Nada es estático, todo está en constante transformación, así sea que no nos demos cuenta.

Y hay un Dios que ve todo y cuando menos lo esperamos, nos cambia la escena.

Si con tus fuerzas has tratado de cambiar tu situación y te sientes estancado en lo mismo, confía en que Dios no está limitado.

Yo sé muy bien lo difícil que es esperar que lleguen esos cambios. Incluso, he visto que hay momentos que nos toca soltar lo que tenemos en la mano y en un acto de fe, abrir nuevos caminos, luego de haberlo hablado con Dios.

Si hoy estás en esa rueda que parece girar y quedarse en el mismo sitio, te animo a activar tu fe. Recuérdate que el lugar donde te encuentras no es tu destino final, que Dios tiene mucho más para ti.

Pero no por eso dejes de disfrutar el día de hoy. Recuérdate hacia donde vas, valorando el hoy y siendo feliz ahora.

Si sientes como si estuvieras en la mitad de ese road trip, recuerda hacia dónde vas, que en unas horas habrá aguas cristalinas, palmas, una rica brisa, abrazos entrañables, conversaciones sin fin, risas, comida deliciosa.

Ese punto del camino, es solo un peldaño, tal vez un proceso de duro aprendizaje, pero no te vas a quedar ahí. Aunque parezca que es tu fin, largo camino te resta. Ten paz. Ese no es tu destino.