Para los faranduleros, en estos días se estrena una telenovela, que, como la mayoría, es el remake del remake del remake.
Se llama Yago y es la nueva versión de la telenovela argentina, Yago, pasión morena, la historia de un hombre acusado falsamente que termina en la cárcel y sale de la prisión convertido en otro (cirugía plástica incluida) y listo para cobrarle a todos esta injusticia. Estoy segura que millones pasarán un montón de horas de este año embelesados con la novela que trae una de esas recetas exitosas que hacen que muchos estén fielmente pegados a la pantalla. Yo he sido una de esas fieles, por ejemplo, no olvido La Mentira con Kate del Castillo y Guy Ecker. Y qué tal la ahora primera dama dé México en La Dueña, gritando debajo de un aguacero que ella hacía lo que le daba la gana porque era la dueña. Inolvidables escenas, despierta pasiones porque el tema de la venganza es uno con el que cualquier ser humano se puede identificar. Todos hemos sido heridos y traicionados en algún momento y en muchas ocasiones la revancha de ese protagonista de alguna manera se vuelve algo personal para quienes se meten en ese mundo de buenos y malos. Si fueras el protagonista de esa novela, ¿de quién te vengarías? Cuando te sucede algo injusto ¿buscas vengarte? Hay un cuento buenísimo del autor colombiano, Hernando Téllez que se llama "Espuma y nada más". Se trata de un país en medio de una guerra civil, y al protagonista, un barbero,le toca afeitar a un capitán de ejército que ha asesinado a muchos de sus amigos. Con el filo de su mejor navaja cerca del cuello de ese tirano, el barbero enfrenta una lucha interna que lo seduce a vengar a sus amigos. Al final, después de un prolongado conflicto mental el barbero resuelve: "Yo no quiero ser un asesino, no señor. Usted vino para que yo lo afeitara. Y yo cumplo honradamente con mi trabajo...No quiero mancharme de sangre. De espuma y nada más. Usted es un verdugo y yo no soy más que un barbero y cada cual en su puesto". Que frase tan fuerte. Cada vez que la leo me hace pensar.¿Nos corresponde a nosotros la venganza? Yo creo que cuando metemos las manos para ejecutar una venganza, terminamos cortándonos con los vidrios rotos. En mi experiencia he visto que la vida pone las cosas en su lugar. Es tal como dice el Salmo 23, "preparas mesa para mi en presencia de mis angustiadores". Dios siempre pone las cosas en su lugar. Y aunque, dependiendo el tamaño de la herida es ese deseo de venganza, recuerda que la ira y la amargura no son limpiadores de heridas. El odio no sana a nadie. Y cuando sufrimos injusticias, lo que necesitamos es sobretodo enfocarnos en sanar nuestro corazón. Cuando sanamos, la venganza deja de interesarnos y no hay mejor venganza que esa de sanarnos y ya no pensar en revanchas. Nadie va a cambiar lo que te hicieron, lo hecho, hecho está. Y siempre, siempre hay algo que aprender de esas experiencias difíciles. Deja que la vida se encargue de equilibrar la balanza, eso no te corresponde. Si hoy corre por tu mente ese deseo feroz de venganza, recuerda,quien necesita cuidado, cariño y atención urgente es tu corazón. Enfócate en sanarte, enfócate en descifrar lo que la vida te está enseñando de esa experiencia. Sana, limpia, ama, ámate. Ya verás que con el tiempo y tu constancia, descubrirás un ser nuevo surgido de esos días en el horno. Te mirarás al espejo sin rencores y con una felicidad y una plenitud a la que la venganza le tendrá envidia.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |