En la escuela yo era una de las últimas que llamaban al pasar la lista de asistencia, por la R de mi apellido. Entre gritos de 'presente' o 'aquí ', empezábamos el día.
Esta semana mientras entrevistaba a una mujer en el lobby de un hospital de Atlanta, de repente 'pasaron lista allí'. Mientras ella me contaba de cómo a su hermano Walter- que hace un mes mientras trabajaba se desplomó- le encontraron un defecto congénito en el cerebro, alguien en el lobby nos observaba y escuchaba atentamente, sin que nos diéramos cuenta. Cuando terminamos la conversación, el hombre que nos escuchaba se acercó a nosotras y le preguntó a mi entrevistada: '¿su hermano es el que tiene 40 años, que vino desde Florida?...' y otros datos que el hombre sabía del caso. Resulta que ese señor no conocía a la familia, y estaba en el lobby esperando que lo llamaran porque su hijo tenía una cita médica, pero al escuchar la entrevista se dio cuenta que él, en su iglesia había estado orando por la salud de Walter. Él ni siquiera sabía dónde estaba hospitalizado. Para mi, ese momento fue como si de repente pasaron la lista de asistencia en aquel lobby y Dios dijo fuertemente 'presente', yo no creo en las casualidades. Y Dios quiso decirle a aquella familia que en medio de su dolor y su necesidad él está, que no les ha abandonado. Ese señor, además, le dio sus números de teléfono y se puso a la orden de mi entrevistada, por si ella necesitara un lugar para hospedarse , pues ella tuvo que viajar de Colombia a cuidar a su hermano y esta familia tiene pocos recursos económicos. Pero el mensaje no fue solo para ella, también para mi. Ante aquella situación se me aguaron los ojos. Sentí como Dios, en medio de mis preguntas, me dijo, 'yo estoy aquí, estoy contigo '. Hace unos años estaba en otro hospital, visitando una familia que tenía un bebé de siete meses que necesitaba un trasplante de corazón para poder sobrevivir. Me acuerdo que igual que ahora, era cerca de la Navidad. Y en aquel entonces entré a la tienda de regalos del hospital y compré un adorno muy lindo para mi árbol de Navidad. Poco después ese bebé recibió su vital trasplante y hoy día es un niño sano. Cada vez que veo mi adorno de Navidad me acuerdo de aquel momento y de aquel milagro. El lunes pasado, cuando me iba del hospital, entré a la tienda de regalos y compré otro adorno navideño y lo he colocado cerca del primero. Quiero que sean mis muestras de la fidelidad de Dios, que al volver a sacarlas cada Navidad recuerde que Dios estuvo, está y estará, porque nunca nos abandona, sea que estemos en la mesa de trabajo o en una cama de hospital. Recuerda que muchos pueden estar ausentes hoy, pero cada vez que pasan la lista, el Todopoderoso gritará: '¡presente!'.
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October 2018
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |