Una mañana, hace como un año, estaba en el trabajo y habían traído croissants, y yo, lista para comerme uno, lancé un deseo en voz alta: “qué bueno sería tomarme un juguito con esto”...
Con cara de pena, pero amablemente, mi compañera de trabajo extendió la mano con un juguito de naranja que tenía en su escritorio para tomarse. Acto seguido, mis compañeros se empezaron a reír porque creían que yo había pedido el jugo a propósito para que me lo dieran. Pero la verdad es que yo no había visto el jugo de mi compañera. Me dio mucha risa porque se creyeron que yo había pedido el jugo como quien no quiere la cosa. Como cuando era pequeña y cada vez que íbamos a pasar por McDonald’s le decía a mi papá que tenía hambre, solo por la sorpresita del Happy Meal. Hay momentos en que tenemos un gran deseo en nuestro corazón, sea un juguito o algo más jugoso. Pero no lo lanzamos al universo. Creo que ese día tenía tantas ganas de ese juguito que el deseo me salió del alma y Dios puso en el camino a mi compañera para responder. Hay veces que Dios usa a otros para ayudarnos a cumplir nuestros anhelos. Y así también nos usa a nosotros para ayudarle a otros. Por eso, aunque por ahí se dice que cuando tengas un sueño lo guardes como un gran secreto, yo no creo en eso. Es como pensar que en el mundo estamos rodeados de gente que estropeará nuestros sueños. Cómo si estuvieran listos para poner el pie para que nos caigamos. Es una visión pesimista del mundo. Pero en realidad, hay más gente que te tendería la mano, que la que metería el pie para que te caigas. Y al final, si estamos en manos de Dios, sabemos que Dios usa hasta las piedras, cuando quiere usarlas. Y con frecuencia nos sorprendemos cuando nos tienden la mano las personas de quien menos lo esperábamos. Por eso, debemos abrir la mente, y mirar el mundo con nuevos ojos. No con miedo de lo que nos pueden hacer, robar, dañar. Porque iremos buscando eso y posiblemente lo encontraremos. Sino un mundo en el que nos parecemos más de lo que pensamos y dónde hay más gente dispuesta a ayudarte si está en sus posibilidades. ¿Qué anhelos tienes en el tintero? Abre los ojos, pues tal vez, Dios pondrá en tu camino a alguien con la posibilidad y el deseo de ayudarte a alcanzarlos, cuando abras la boca y dejes salir ese deseo. Es hora de pedir tu juguito.
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |