Cuando por cualquier pequeño detalle, yo veo a mis sobrinas llorando, así sea porque sus papás les dieron un regaño merecido, mi tendencia siempre es ir a abrazarlas, a confortarlas, a secarle sus lágrimas. Para eso están las tías, ¿verdad?
Uno quiere evitarle cualquier sufrimiento en la vida y que vivan una vida como de cuentos, pero eso solo pasa en los cuentos. Cuando esta semana escribía sobre una pareja que cumple 70 años de casados descubrí algo nuevo sobre la adversidad, sobre esos momentos que deseamos que no lleguen. Dulcemaría tiene 93 años y Douglas, 94. En su vida matrimonial han enfrentado muchas dificultades, como el hecho de mudarse mucho, pues vivieron en más de cinco países, tuvieron que aprender idiomas nuevos, adaptarse a culturas diferentes y al mismo tiempo llevar su vida de casados, padres y seres humanos, en medio de tantas transiciones. Esta semana entrevistaba a una gerontóloga y le preguntaba si estar casado con alguien, como dicen las teorías ayuda a vivir más y cómo estos tantos cambios pueden haber ayudado a esta pareja. Ella me contaba que estar casado, pero felizmente, ayuda incluso a tener una mejor salud, y me decía que para muchos llegar a la vejez es un gran desafío, pero que para Douglas y Dulcemaría, toda su vida ha sido un desafío, así que está transición a la edad mayor no lo es tanto, porque ellos son ejemplo de resiliencia, de adaptación. Esto me abrió los ojos, porque se nos hace difícil mirar los desafíos de la vida como una oportunidad de crecer, y pensamos que de nuestros malos ratos y nuestros sufrimientos nada bueno puede salir. Pero yo creo que son momentos en los que el Maestro del Universo nos tiene en un taller, moldeándonos, preparándonos con las herramientas necesarias para nuestro próximo desafío. Para que, si Dios nos permite llegar a la edad avanzada estemos no sólo llenos de años, sino de satisfacciones, experiencias, sabiduría y una fuerza especial que solo da la adaptación. Cuan importante es esa palabra adaptación y qué difícil se nos hace cruzar ese umbral entre lo que queremos que sea y lo que es, esa pelea entre la realidad y la aceptación. Y, sin duda, hay personas que enfrentan grandes retos, pérdidas, enfermedades, tragedias, y este proceso no es nada fácil. Pero la vida de equilibrio que queremos vivir, en cualquier área de ella, requiere adaptación. Tenemos que aceptar nuestra realidad de hoy, que no quiere decir que será la de mañana, pero que bien aprovechada, sin duda, nos dará las herramientas que necesitamos para cuando vuelva a salir el sol, mañana. No desprecies el desafío, no le saques el cuerpo a la adversidad. Estás sufriendo, tal vez, es durísimo, yo lo sé, pero cuando pase, serás una persona más fuerte, tendrás un matrimonio más fuerte, serás de bendición para alguien que necesita un buen consejo, te aseguro que tu dura experiencia no se irá a la basura. Yo quiero vivir muchos años y los quiero vivir bien, por eso ver a este matrimonio de 70 años de amor y lucha, de constante adaptación me dice que eso los ha ayudado a vivir una vida larga y buena y a brillar en la vejez. ¡Yo quiero ser una viejita que brille! Si hoy enfrentas una prueba dura que parece que no tiene fin, empieza a entender y a aceptar que eso llegó a ti para algo. A veces nos preguntamos '¿por qué?', pero debemos preguntarnos '¿para qué?'. Eso que te está pasando viene con recompensa, pero para recibirla, a veces tendrá que pasar el tiempo para que entiendas porqué a veces nos toca transitar desiertos. Aprovecha tú desierto para aprender lo que tengas que aprender, pídele dirección a Dios y camina. Mira hoy tus desafíos con otra cara porque, aunque te parezca que te están matando de calor, de dolor, de malestar, te están puliendo y formando para lo que viene. Dulcemaría y Douglas son para mi el ideal de la vejez, es el producto terminado, pero para llegar allá estuvieron dispuestos a librar muchas batallas con gracia, con paciencia, con humildad, con fe, con perseverancia. ¿A qué estás dispuesto tú? ¿Adónde quieres llegar? Mira tus desafíos con nuevos ojos y da gracias a Dios porque él sabe dónde te tiene hoy, porque él también sabe adónde te lleva y la bendición del otro lado de tu adversidad es muy grande, tan grande, que te están preparando para recibirla.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |