Hace poco, cuando leía una frase de Jorge Luis Borges, que en otras palabras dice que nadie se arrepiente de ser valiente, la cuestioné. Y es que la valentía es hacerse vulnerable, es como esa frase ‘que sea lo que Dios quiera’, es como persignarse y tirarse con paracaídas, o sin él. Cuando uno es valiente sabe que todo puede pasar, que las cosas pueden salir como queremos o todo lo contrario. Si uno piensa que el resultado puede ser muy bueno, pero también muy desagradable, entonces se pregunta si en verdad vale la pena ser valiente. Pero la valentía no se mide por el resultado. Hay algo en uno que cambia cuando uno da un paso valiente, algo se estira, algo se fortalece, crecemos como seres humanos y el pellejo se vuelve más duro para ser valientes más adelante. Hace algunas semanas comencé a presentar un noticiero en vivo, y esto ha sido una gran experiencia para mí. Y aunque yo había hecho videos y transmisiones en directo antes, estar todos los días frente a la cámara es algo que viene con nervios incluidos y equivocaciones también. Este noticiero se hace sin un teleprompter, como el que se usa en la televisión para leer, así que me toca saber lo que diré cuando estoy frente a la cámara. Hay días que son maravillosos y todo sale ‘a la perfección’, y están los otros. Ha habido momentos en los que se me olvidó alguna palabra o frase, y me enredé en vivo. En otros momentos hemos tenido algún problema técnico. He tenido que aprender a nadar en una marea donde cualquier cosa puede pasar. Recuerdo un día en que me equivoqué al aire y estaba frustrada porque las cosas no habían salido ‘perfectas’, después de prepararme y practicar y practicar y practicar. Le contaba a mi papá y me regaló unas palabras que fueron una gran lección (qué sigo aprendiendo).Hay aprendizajes que son lentos... Me dijo: “no puedes ir esperando perfección, sino estar preparada para manejar la imperfección”. Porque ¿quién no se equivoca? El ideal de perfección es una camisa de fuerza que solo nos frustra. Tal vez, al igual que yo, has dado pasos valientes, pero los resultados no fueron los esperados. Recuerda que en la vida, tenemos que aprender a manejar la imperfección con gracia, sabiendo que todos nos equivocamos y es parte de nuestra bendita humanidad. Si todos fuéramos más valientes para equivocarnos delante de los demás, para arriesgarnos a que salga bien o mal, este mundo sería uno más armonioso, compasivo y auténtico. Recuerda, la valentía no es una historia de superhéroes, del que fue valiente y salvó al mundo y se quedó con la chica, o el chico. El trofeo para el valiente es su misma valentía. Es saber que no sucumbió ante el temor, que de su espíritu sacó todo el valor que tenía, que decidió vivir, arriesgar y entregarlo todo. Eso es el heroísmo. Por eso, pase lo que pase, de ser valiente, nadie se arrepiente. Porque al final de la vida, los que han sido valientes se van sin arrepentimiento y llenos de vida. Entre las cosas, hay una de las que no se arrepiente nadie en la tierra. Esa cosa es haber sido valiente.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |