La verdad es que el perfeccionismo nos daña y no solo es una piedra de tropiezo para empezar algo, sino también cuando es tiempo de poner punto final.
En otras ocasiones hemos hablado que el perfeccionismo es solo miedo con un disfraz elegante que a veces se confunde con excelencia, pero son dos asuntos muy diferentes. Y muchas veces ese miedo al que llamamos ‘es que soy perfeccionista’ nos impide empezar proyectos. Tenemos una visión ideal y si no podemos arrancar a ese nivel no arrancamos. ¿Y qué sucede? Pues que nunca empezamos. Pero el mismo espíritu se entromete cuando es hora de terminar algo, a lo mejor una relación, una carrera, un negocio, un trabajo. Queremos cerrar con broche de oro. Terminar cada pendiente, acabar en buenos términos, contestar cada email, dejar el escritorio reluciente, que todos queden contentos con la decisión, etcétera, etcétera, etcétera. Hay una frase de Arianna Huffington que me quitó un gran peso de encima. Dice que muchas veces la mejor manera de terminar un proyecto es dejarlo incompleto. Vivimos siempre esta ilusión de que tenemos que hacerlo todo perfecto, queremos que todo tenga un final feliz, un cierre amistoso, redondito, pero la vida no es así. Y si estamos esperando el momento ideal para dar un salto o cerrar un capítulo, nunca lo haremos. Y es importante al concluir cualquier cosa en la vida, hacerlo de la mejor manera posible, pero no dejar que el gusano de la perfección nos detenga de dar un paso que es necesario para vivir plenamente. Finales felices, ojalá, pero los finales reales, incompletos, imperfectos, medio desastrosos nos pueden acercar a la plenitud del alma. No esperes a tener todo perfectamente ordenadito para poner punto final a algo que lo amerita. La espera porque el cierre sea más ‘bonito’ te está atrasando tu nuevo comienzo. Es tu vida la que se atrasa. Recuerda que nada es perfecto en este mundo y que tú no eres eterno. Hoy que acabo de salir de la cocina, tengo mi mente en chef mode. Por eso te recuerdo que hay muchos bizcochos que al prepararlos no acaban siendo tan lindos como se esperaba. Ya vendrá otro bizcocho. O lo tuyo no es ser repostero. Hay que lidiar con eso. Lo que tenga que concluir que concluya. No esperes siglos a cerrar un ciclo, solo por estar esperando el momento o la circunstancia ideal. Ponle fecha y acción.
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |