El otro día me pasó algo tan curioso. Iba caminando y una señora me lleva por el medio, pero fuertemente. Y siguió caminando como si nada. Lo más que me sorprende es que su hijo, de unos 8 años se dio cuenta que quedé pasmada y me pidió perdón por ella. Cuando ella lo vio, sintió vergüenza y se disculpó.
No todo el mundo tiene como dicen en Puerto Rico, la fuerza de cara, es decir, el valor para pedir perdón, en el caso de esta señora, no sé si ese fue el problema, en fin, le agradezco que me dio tema para el blog ; ) Me acuerdo de que en mi adolescencia, no importa si yo había sido la culpable en una pelea, mi amiga Aileen siempre llamaba para disculparse y eso es algo que admiré y admiro de ella. A mí no se me hacía nada fácil agarrar el teléfono y disculparme, pero ella siempre, igual que el niño de la tienda, daba el ejemplo. Eso me dice que mi amiga Aileen, desde esa edad tan temprana tenía suficiente madurez emocional como para preferir tener paz que tener la razón. Una cosa es pedir perdón, otra distinta es perdonar, de corazón. Ycabe señalar que no implica volver atrás, al contrario, el perdón te permite seguir adelante porque te libera de una piedra en el zapato que es el rencor. ¿Que hay gente que no se merece tu perdón? Puede ser. Pero tú mereces lo que solo el perdón puede darte. Porque perdonar no solo libera a la persona que te falló, sino mucho más a ti. Y cada vez que consideres que perdonar es muy difícil, quiero que recuerdes a Kent Whitaker. Kent, llegaba a su casa el 10 de diciembre de 2003 con su esposa Patricia y sus hijos Kevin y Bart que regresaban después de una cena en un restaurante. Cuando abrieron la puerta de su casa tanto Kevin, como Patricia fueron ultimados a tiros, Kent fue gravemente herido y Bart resultó con heridas menores. Milagrosamente, Kent se salvó y recibió la terrible noticia de la muerte de su esposa y su hijo menor que tenía 19 años. Tras la rabia y la impotencia que sintió al principio, Kent decidió que el debía perdonar a la persona que le robó a sus seres amados. Lo que no esperaba es que le tocaría perdonar a su hijo mayor, Bart, quien planificó el asesinato por celos y conflictos internos, que su familia no pudo detectar a tiempo. Y Kent lo perdonó. No solo eso, lo visita semanalmente a la cárcel donde trata de ayudar a su hijo para que él se pueda perdonar a sí mismo. Kent es ahora un conferencista que se dedica a hablar a muchos sobre la importancia del perdón. Su hijo aguarda la sentencia a pena de muerte y para Kent esa es una de sus más grandes luchas, saber que un día lo llamarán para decirle que a su hijo le quedan pocas horas para ser ejecutado. Sin duda, la historia de Kent muestra que 'imperdonable' es una palabra que queda reducida a la nada ante acciones de amor verdadero como las de Kent y tantos otros y nos dicen claramente que el perdón sí es posible. Y más que un acto aislado, creo que el perdón debe ser un estilo de vida. ¿A quién tienes que perdonar? A tus padres, a tu esposo, a tu ex esposa, a ti mismo? Ten en cuenta que aunque no lo notes, muchas veces nuestros retrasos en la vida, nuestros conflictos, nuestros fracasos tienen que ver con la falta de perdón. ¿A quién le pedirás perdón hoy? ¿A quién perdonarás? Dios nos lleve siempre hacia el camino de la paz, y que podamos decir de corazón esa línea del Padre Nuestro, "perdónanos, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Qué difícil es a veces, ¿verdad? Pero esa oración es un llamado a la realidad. Porque todos necesitamos perdón. Perdona y perdónate. Libérate. Vuela alto.
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |