Hace muchos años, pero de seguro, mi amiga y excompañera de trabajo no se habrá olvidado de mis palabras. Por lo menos yo no olvido ese momento vergonzoso.
Mi excompañera estaba casada con un hombre mucho mayor que ella y una tarde lo vi ir a buscarla al trabajo, sin saber que era su esposo. Al otro día, para hacer conversación, le dije: ‘vi que ayer te vino a buscar tu papá’... y se hizo silencio. Mi amiga no se molestó por mi mala interpretación, solo fui blanco de un buen vacilón por un buen rato. A veces tenemos la tendencia a interpretar todo lo qué pasa a nuestro alrededor y, con frecuencia, metemos la pata en la tarea. Y no siempre es hablando, sino creyendo lo que no es. Don Miguel Ruiz, es su libro, Los cuatro acuerdos, dice que no debemos hacer suposiciones. Y cuánto daño hacen las suposiciones. “No siempre tienes la razón y procura no generar malas situaciones que pueden ser evitadas”, dice Ruiz. Cada día tenemos la oportunidad de interpretar las palabras o acciones de los demás de mala manera y llenarnos de enojo, incomodidad, rencor, pero está en nuestras manos tomar otra ruta. Alguien te dice un comentario que no es más que eso y tú le das veinte vueltas e interpretas, ‘lo que me quiso decir fue esto y esto’, y traes venenito a tu vida como para semanas, meses o años. Yo he aprendido a que cuando llega el comentario debo tomarlo por lo que es, ni más ni menos. Estoy en esa escuela porque no hacer suposiciones no es tan fácil. Hay que entender que traemos veneno a nuestras vidas por nuestra manera de pensar e interpretar lo que hay a nuestro alrededor. No es que los otros nos amargan es que nuestra manera de interpretar lo que otros dicen o hacen es lo que nos amarga. Si decidimos no andar haciendo interpretaciones, no suponer cosas, y recibir todo tal cual llega, sin sumas y restas, veremos que la paz será una constante en nuestras vidas. Porque la mayor guerra es la que muchas veces libramos en nuestro interior. Hoy, te invito y me incluyo en la invitación, a que reflexionemos cómo nuestras interpretaciones nos están impidiendo vivir en armonía y paz. Y qué podemos hacer al respecto. Empieza a compartir con los demás aceptando y no reaccionando y verás como tus relaciones y tu vida van a transformarse. Siempre estamos mirando hacia afuera y hay que mirar para adentro. Recuerda que lo que vemos alrededor es un reflejo de lo que hay en nuestro interior. Si lo que estamos viendo no nos gusta es hora de cambiar, no lo que está afuera, sino nuestra manera de mirar lo que está afuera. Es tiempo de limpiar los lentes.
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |