Mi mamá fue mi maestra de primer grado. Yo la perseguía por el salón y le decía 'mami', a lo que ella me pedía, 'dime maestra'. Nunca me logró convencer.
Les puedo decir con seguridad que tuve la mejor maestra de primer grado. Con ella aprendí a leer y a escribir, dos de las cosas más deliciosas de mi vida. Mami fue mi primera maestra, la primera de muchas porque este aprendizaje no tiene punto final. La semana pasada al acabar una entrevista con la portavoz de la Secretaría de Estado me ofrecieron una entrevista con el secretario de estado de Georgia. El lunes, mientras me preparaba para la entrevista, leía artículos sobre él y redactaba mis preguntas, sentí la necesidad de un maestro. Y es que aunque me encanta entrevistar y es un don natural para mi y además cubro bastante el tema político, no me sentí con conocimiento suficiente para redactar las preguntas sin pedir sugerencias a otros. Me senté con mi editor y me dio buenas ideas. Decidí escribir a un reportero del periódico en inglés que cubre enteramente el tema de política y lo ha hecho por muchos años. Él me conectó con otra reportera que le ha seguido la pista al secretario más que él y ella me dio muy buena información. Al final del día tenía 11 preguntas sólidas, gracias a mis maestros. En un momento en que escuchaba al editor mientras me daba recomendaciones sentí esa sensación de 'tú no deberías pedir ayuda', para luego sentir una voz en mi interior que desarmó a la otra y me decía: 'hoy tú estás como estudiante, escucha'. Y es que en la vida a veces seremos maestros de otros y en ocasiones estudiantes, no importa la edad, ni del maestro ni del estudiante. Lo importante es reconocer con humildad nuestro rol en ese momento. Cuando tenemos oportunidades en la vida debemos aprovecharlas al máximo de nuestras capacidades. Por orgullo yo podía simplemente hacer una entrevista floja o promedio, por no preguntarle a los que saben. Pero esa no era mi meta. El orgullo o la inseguridad nos puede convencer, casi sin darnos cuenta, de hacer las cosas por nuestra cuenta, sin levantar la mano para pedir ayuda porque 'somos tan independientes'. ¿Qué hay detrás de esta actitud?Miedo mezclado con más miedo. Atrévete a aceptar que no tienes todas las respuestas, que no te las sabes todas, que hay gente que tiene conocimientos que tú no, que tiene ideas que tú no...y son tan generosos que están dispuestos a compartirlo contigo. Si cerramos la boca y nos conformamos con lo que 'sabemos' o podemos 'averiguar por nuestra cuenta' nos estancaremos pues nadie crece solo. Los árboles tienen muchas raíces. Tú tienes gente en tu vida que saben mas que tú, PREGÚNTALES. No desaproveches ese recurso. Y la gente en la mayoría de las ocasiones te ayudará y se sentirán honrados de que les pidas consejo. Aprendamos en la vida a ser buenos maestros y buenos alumnos. Es claro que solos no podemos progresar y juntos somos un ejército poderoso. Dios bendiga a los maestros. Dios bendiga a los estudiantes. Reconozcamos nuestro rol y no habrá nada que detenga nuestro crecimiento, unidos.
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October 2018
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |