Hace unos años mi mañana de trabajo fue sorprendida por una visitante. Quería hablar con un reportero y yo la atendí. Con frecuencia al newsroom nos llegaban personas con alguna historia o alguna denuncia que en muchos casos luego se convertiría en noticia.
Pero esta señora tenía una petición diferente. Nunca me habían hecho una propuesta de noticias de este tipo y quedé impactada hasta hoy. Resulta que su hijo estaba en la cárcel por violencia doméstica. Ella misma reconocía que eso había ocurrido, pero ella quería que yo escribiera un artículo donde hablara de él de forma positiva. Incluso me dijo que tenía una lista de gente que me podían hablar bien de él. Quedé sorprendida de lo que es capaz de hacer una madre por su hijo, pero también de cómo es capaz de hacerse de la vista larga cuando ante sus ojos está claro que tiene un problema. Pero ella no lo reconocía. Yo le agradecí a la mujer aquella visita, pero le dejé claro que no la podía ayudar. Le dije que lo mejor que podía hacer por su hijo era reconocer que él había cometido un error y que necesitaba buscar ayuda. O de otra forma las cosas no iban a cambiar, incluso podían terminar en muerte. Ella lo comprendió y se fue. No sé si la convencí, pero algo aprendí de ese intercambio. En la vida no podemos vivir tapándonos lo ojos ante errores propios o ajenos. Nos toca reconocer en qué nosotros o los demás se han equivocado. Así sean sangre de nuestra sangre. Y eso no es nada fácil. Pero vivir en la negación no ayuda a nadie. Y al final solo sirve de trampolín para perpetuar las mismas conductas, que muchas veces, sin ayuda solo empeoran. Y en el caso de la violencia doméstica es fundamental actuar a tiempo y buscar salir de la relación con el apoyo de personas preparadas para esto, porque sabemos que la salida de la relación es el momento más peligroso para la víctima. No apoyemos ni solapemos la violencia en ninguna de sus formas, así se trate de personas cercanas y amadas. Recordemos que el tapar estas conductas no cambia nada, solo exonera de conductas que volverán a repetirse en el futuro y que como pasa cada vez más, pueden terminar en la más completa e irreparable destrucción. Linea nacional de ayuda por violencia doméstica: 1.800.799.7233 Si tu vida está en peligro llama al 911
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April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |