Yo he sido muy miedosa gran parte de mi vida y creo que por lo mismo, Dios me ha regalado montones de oportunidades para enfrentar mis miedos. No, Dios no nos quita el miedo. Yo le he pedido en oración, ‘Señor, quítame este miedo’. Pero, no, no, no, me manda a hacerlo con miedo. Le doy gracias a Dios por esas experiencias, porque, cuando uno enfrenta los miedos, aunque el momento pueda ser muy incómodo, eso siempre eleva tu espíritu a otro nivel. Te da fortaleza, te da humildad, aumenta tu fe. Los que hemos enfrentando muchos miedos sabemos que dentro de un gran miedoso hay un gran valiente en potencia. Que el miedo es como una capa que está cubriendo al valiente que está dentro. Y el miedo es esa capa protectora que no es mala, al contrario, su única función es protegerte. El problema es que te paraliza y no te permite vivir esta vida con todo lo que traes, porque tiene a tu valentía presa. Mis momentos más valientes han traído después momentos de mucha alegría. Pero el paso hacia esa alegría lo di en ocasiones con terror, con piernas que temblaban, palabras que no salían, corazón acelerado, pero lo di. En muchos de esos momentos he sentido una fuerza extraña que me empuja hacia ese momento de valentía, a hacer cosas que, tal vez, no tenían sentido para mí. Pero en la agenda de Dios sí tenían sentido. Y tras dar esos pasos, llegaron bendiciones, llegaron alegrías, mucho crecimiento. Tal vez, hoy Dios te esté invitando a dar ese paso valiente. Como en aquel barco cuando invitó a Pedro a caminar sobre las aguas. Aunque te cueste, tiembles, te quedes sin palabras, se te agite el corazón, quieras ir al baño... acepta la invitación de Dios. Es Dios el que invita. La valentía está en tu esencia, tapada por esa gran capa de miedo, pero ahí está. Ese paso hará que una gran parte de esa capa, se caiga, y serás más valiente para enfrentar lo que venga más adelante. Si Dios te está poniendo ante grandes retos hoy es porque del otro lado, las bendiciones que vienen también son muy grandes. Tú, mi querido y querida valiente, tienes lo que hace falta. Arriésgate. Da ese paso al que Dios te está invitando. Camina sobre las aguas hasta la otra orilla de la mano de Dios. Hay algo que se desatará cuando te decidas a dar ese paso. El perfecto amor echa fuera el temor
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |