Un día como hoy me despedí de Puerto Rico a iniciar una aventura en tierras lejanas. Irme nunca estuvo en mis planes, pero la vida me sorprendió con una oportunidad tan inesperada como increíble. Finalizando mi maestría en periodismo, Dios me abrió una puerta para hacer una pasantía en CNN en Español en Atlanta. La práctica era de cuatro meses, pero en mi interior yo sabía que sería mucho más el tiempo que me quedaría. Hoy son 10 años, que han pasado como un suspiro, pero han dejado un aprendizaje que solo la vida puede ofrecer. No me arrepiento ni un segundo de la decisión que tomé y de aquel viaje el 31 de diciembre de 2007, llena de una emoción inexplicable y miedo de grandes proporciones. Hoy, una década después pienso en las mayores lecciones de estos años aquí, esos aprendizajes que han cambiado mi manera de ver la vida, de vivir, de relacionarme, mi fe. Mi nueva vida empezó, despidiendo el año con mi familia en Georgia, con esa rara sensación de vacaciones que no se sabía hasta cuándo durarían. Luego llegó ese momento en que mis papás, como en aquellos tiempos que me dejaban en kínder, me dejaron en la puerta de CNN y vieron a su hija vivir uno de los momentos que marcaron un antes y un después en mi fe. Pero lo que me siguió pasando en los siguientes años me dio y me da la certeza de que Dios me tiene donde debo estar, en una escuela constante, aprendiendo a vivir a plenitud. Estas son 10 de las lecciones más importantes que me han dejado estos 10 años. 1. Tu historia es para contarla En el 2011, me invitaron a hablarle a un grupo de chicas adolescentes, y sentí en mi corazón, por primera vez en mi vida, que tenía que hablarles de mi experiencia de bullying en la escuela, un asunto que por vergüenza callé por muchos años y al que no le encontraba en sentido. Recuerdo que lloré mucho mientras les hablaba, pero esas lágrimas no eran de dolor, sino de al fin entender, porqué pasé por esas experiencias en mi adolescencia. Cuando vi como mi historia le servía a alguien más fue como encontrar una pieza de rompecabezas perdida. Descubrí que nuestra historia personal es para regalarla al mundo, porque tu experiencia, por dolorosa que fuera, no fue en vano y es para bendición de muchos, pero solo hasta que te atrevas a contarla. 2. Hay que abrir la boca (decir lo que hay que decir y decir ‘no’) Qué difícil ha sido aprender esta lección cuando por años te acostumbraste a vivir diciendo ‘sí’. Pero llegó el día en que me di cuenta que me estaba haciendo daño al darle la espalda a lo que en verdad quería. Y empecé a decir que ‘no’, con más frecuencia. Un ‘no’ a lo que no quería hacer, un ‘no’ a ir a donde no quería ir y a la gente con la que no quería ir. Aprendi a abrir la boca y dar mi opinión, aunque fuera la opinión discordante. Decir que no se ha vuelto cada vez más fácil al entender que cada vez que digo que no a otro, me digo que sí a mi. 3. El día perfecto nunca llega Un aprendizaje que no esperaba fue descubrir lo que el perfeccionismo es en verdad. Enterarme que es miedo puro. Que detrás de alguien que sigue posponiendo un proyecto porque dice ser perfeccionista solo hay miedo de arrancar. Y lo más probable no hará nada. Entendí que nada nos saldrá perfecto y que prefiero poner la marca de cotejo de un proyecto que quedó ‘imperfecto’ que nunca hacer nada. Porque el que espera las condiciones perfectas para lanzarse nunca hará nada. Hazlo con miedo, hazlo lo mejor que puedas, hazlo como salga, pero hazlo. Atrévete. 4. Cuando Dios te llama te respalda Esta es una lección que he vivido una y otra vez. Uno de esos momentos fue en 2016 en la Convención Nacional Republicana que fui a cubrir en Ohio. Yo estaba cubriendo las protestas en las calles. Y estaba sola. Es decir estaba filmando, editando y escribiendo sin el apoyo de un compañero, en un ambiente difícil y con miles y miles de personas. El primer día fue un desastre, terminé desgastada y decepcionada y le pedí mucha ayuda a Dios para continuar aquella cobertura. Como una respuesta del cielo, el segundo día encontré un grupo de hispanos que protestaban en las calles y a partir de ahí todo fluyó mejor en aquella cobertura. Y mi lección de una cobertura tan importante en mi carrera y tan difícil fue que hay que confiar, a los llamados de Dios hay que decirles que sí, porque él nunca nos falla, ni nos deja en vergüenza. 5. Hay que tener segundos proyectos Estos años me han enseñado que no se pueden poner todos los huevos en una misma canasta. Nuestros proyectos personales son necesarios y muchas veces son los que nos permiten desarrollar talentos que de otra forma no podríamos. Cómo digo con frecuencia, nuestros talentos Dios nos los dio para algo y no los podemos dejar en la gaveta. Hay que regalarlos al mundo. Este blog es ejemplo de ello y aunque ha bendecido a muchos, la más bendecida he sido yo. 6. Hay que ser vulnerable y reírse de uno Qué bueno fue descubrir que la vulnerabilidad no es sinónimo de debilidad. Ser vulnerable es ser auténtico, humano, con virtudes y defectos. Al hacerlo, ayudé a otros a hacer lo mismo, a quitarse la careta de la perfección, que les repito, es miedo. Poder contar mis metidas de pata a otros y de esa forma matar la vergüenza, porque la vergüenza no sobrevive cuando la contamos, es una de las mejores lecciones que me han dejado estos años. Y me ha transformado. 7. Las puertas cerradas traen bendiciones Hay que dar gracias a Dios cuando nos cierra puertas, fue algo que me enseñó esta década. Hay una frase que dice que el rechazo del hombre es protección divina. Yo he aprendido que las puertas cerradas son cambios de ruta. Y los sueños de Dios para nuestra vida siempre son mucho mejores que los nuestros. Y aunque muchas veces nos duele profundamente un ‘no’ de Dios, más adelante sus bendiciones aguardan y sus bendiciones son BUENAS. Créanme lo que les digo. Pero dependen de esa puerta que se cerró. Y si se cerró no trates de abrirla. Da gracias y sigue caminando. Hoy que miro hacia atrás veo que algunos sueños que yo quería y no se dieron, hubieran limitado o imposibilitado lo que Dios quería hacer en mi vida. Eso me ha enseñado a mirar con otros ojos las puertas cerradas. Porque como sabiamente dice mi papá: “a veces cuando pierdes, ganas”. 8. Hay que aprender a soltar Una lección que todavía me cuesta. Soltar es confiar que Dios no necesita mi ayuda para obrar, ni mucho menos mi afán de controlarlo todo. En estos años he tenido que soltar lo que parecían grandes oportunidades, he tenido que soltar personas, relaciones... He aprendido a agradecer lo que fue y a soltar todo lo que no aporta o compone nada en mi hoy. También a reconocer lo que es, tal y como es, hoy. Mientras nos aferramos a algo o no soltamos del todo, no permitimos que lo que deba llegar, llegue. Bloqueamos el fluir de las bendiciones. Por eso, aprendamos a soltar. Y les aseguro, es un trabajo diario, nada fácil, pero una vez lo hacemos, las bendiciones fluyen. Abajo les dejo un video que ha sido mi training cada vez que me toca soltar, lo he visto más de cien veces y no exagero. 9. Dios siempre envía sus ángeles Nunca estamos solos. La verdad es que en estos años Dios me ha enviado personas que me han dado la mano en el momento exacto que lo necesité. Esos ángeles han estado disfrazados de compañeros de trabajo, amigos, jefes, incluso desconocidos que me han apoyado o me han regalado palabras de esperanza. Mudarse a un lugar nuevo y dejar todo atrás es un gran desafío, pero he visto la mano de Dios en cada uno de esos ángeles. Mencionarlos sería imposible, pero desde el fondo de mi corazón siempre estaré agradecida con ellos. Con ustedes. 10. Todo es posible y la vida te puede cambiar de un momento a otro Cuando estudié periodismo existía la percepción de que era una carrera demasiado competitiva y que se me haría muy difícil conseguir trabajo. Pero cuando la primera puerta que se me abrió fue CNN, mi mente cambió totalmente. Esa idea se rompió en mil pedazos y mi fe creció como nunca. Entendí que Dios no tiene límites para bendecirnos, que lo que para el hombre puede parecer imposible para Dios no lo es. Y que cuando uno camina por el camino que debe, las oportunidades se te presentan. Claro, está de ti agarrarlas y creer que te las mereces. Dios me ha demostrado una y otra vez que me tengo que arriesgar a creerle en grande, pero para creer así es necesario muchas veces un cambio de mentalidad. Entendí, como dice la Biblia que somos transformados por la renovación de nuestro entendimiento. Yo pasé por un cambio de pensamiento antes de llegar a Georgia. Empecé a creer en un Dios ilimitado y mi vida nunca fue igual, las oportunidades no me faltaron y estos diez años puedo decir con certeza que han sido de crecimiento sostenido. He aprendido, he viajado, me he arriesgado, he amado, he conocido gente, mucha gente, grandes amigos, he hecho cosas que creía imposibles, me he equivocado, lo he vuelto a intentar. Y he descubierto dentro de mi a alguien que sin importar lo que pase tiene un espíritu resistente que no se rinde. Que le busca la lección a todo, porque el crecimiento en nuestra vida debe ser continuo. Y como seres humanos el autoconocimiento y la reflexión son necesarios para nuestra evolución y para vivir plenamente. Mi mayor deseo es cumplir el propósito de Dios para mi. Que no me vaya a la tumba sin cumplir eso para lo que vine, esa es mi gran encomienda. Doy gracias a Dios por una década de mi vida maravillosa, que me cambió. Mi vida no se parece en nada a lo que era hace diez años. Estoy orgullosa de Dios y de mi. Y profundamente agradecida con Dios, con mi familia, con tantísima gente. Y cierro con un verso, que en aquellos días de emoción, pero al mismo tiempo de gran incertidumbre, cuando estaba a punto de mudarme a Georgia, me encontré en una pared y sentí que vino del mismísimo Dios. “No te rindas, aquel que te eligió, no te abandonará”.
2 Comments
Lumaris Betancourt
12/31/2017 06:20:49 am
All I can say is Wow! Your words have touched my heart... amazing how God keeps talking to our hearts in the most remarkable ways. These past months the Spirit has been moving me in a different direction. I’m scared, very scared, but I trust Him. “For I know the plans I have for you, says the Lord. Plans for good and not for evil, to give you a future and a hope.” Jeremiah 29:11
Reply
Zulma Bàez
12/31/2017 06:28:06 am
Gracias, Johanes, esta mañana me levantè temprano a escudriñar la Palabra y Dios me hablaba poderosamente. Cuando leo tu escrito, Dios me confirmó absolutamente toda la enseñanza que me había entregado. Feliz Año Nuevo, lleno de mayores y hermosas experiencias. Dios te bendiga rica y abundantemente en el Nombre poderoso de Jesùs !
Reply
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |