Hace muchos años, mi prima empezó a cantar en un grupo de la iglesia. Y fue donde mi abuelo a cantarle, y a pedirle su opinión, esperando algo así como: ‘qué lindo cantas’, ‘qué voz bonita’, ‘qué talentosa mi nieta’.
En vez de eso, mi abuelo con toda la honestidad del mundo, le dijo: ‘no te preocupes nena, eso mejora’. Cuando pedimos opiniones podemos esperar cualquier cosa, incluso, lo que menos esperamos. Mi prima y yo todavía nos reímos de ese día que abuelo le regaló esas palabras de aliento.Tengo que preguntarle si la cosa mejoró... Hay veces que hemos tomado decisiones importantes en la vida. Hemos firmado sin ayuda contratos, hipotecas, hecho compras importantes, pero a la hora de decidir sobre otras cosas agarramos el teléfono para pedir opiniones. ‘¿Qué crees que se ve mejor, esto o esto?’ ‘Me pasó tal cosa y estoy confundida, ¿qué opinas tú?’ ‘No sé qué decidir, ¿qué me aconsejas?’ ¡Jesús! A veces yo peco de esto, preguntando a personas de mi entera confianza, pero me he dado cuenta lo dañino que es. Cada vez que tenemos en nuestras manos una decisión, por pequeña o grande que sea, y pedimos opinión a otro, cedemos nuestro poder y debilitamos nuestra confianza en nuestra capacidad de decidir lo que es mejor para nosotros en un momento determinado. Cuando nosotros asumimos nuestras decisiones, podemos asumir también mucho mejor nuestras consecuencias. Porque imagínate, preguntarle a 10 amigas su opinión, tener 10 opiniones distintas, que te dejan la cabeza más enredada que un plato de espaguetis. Entonces, tu decisión va a ser una mezcla del consejo de Martha, Carmencita, Juana y Francisca. Al final, te vas a arrepentir por tu decisión, que no fue tuya, y te vas a sentir con menos poder del que tenías antes de llegar a ese punto decisivo. Recuperemos nuestro poder. Asumamos nuestro poder. Y eso no quiere decir andar por la vida sin buscar orientación. De lo que no sabemos es sabio escuchar al que sí sabe. Ni tampoco tomar solos decisiones que involucran a más personas que deben tener voz y voto. Pero otra cosa es andar pidiendo consejos y opiniones para cualquier cosa a Raymundo y todo el mundo. Porque nos podemos volver adictos a los consejos de los demás. Es tiempo de ponernos la camiseta de campeones y empezar a buscar las respuestas adentro. Es tiempo de confiar en nuestra capacidad para tomar nuestras decisiones. Porque muchas veces no hacemos este ejercicio, y entonces no sabemos ni lo que nos gusta, en qué creemos, qué es importante para nosotros, qué es inaceptable, hacia dónde vamos. Muchas veces no nos conocemos bien y al andar buscando opiniones no lograremos conocernos porque entonces siempre nos veremos a través de los ojos de mami, papi, Juanito, la maestra, el jefe, el novio, el esposo, la señora de la tienda. Y tú, ¿qué piensas? Esa pregunta no es para otros, es para ti. Hay gente que hasta se casa con alguien porque otro le dijo que era un buen partido. Es increíble las cosas que somos capaces de hacer cuando no nos conocemos. Hoy es un buen día para sacar un tiempo para ti, para decirte: ‘mucho gusto’. Para conocer a ese ser maravilloso que eres. Pon en práctica no pedir consejos, a menos que sea absolutamente necesario. Deja de estar solicitando la opinión de otros y descubre qué piensas tú, qué crees tú, qué quieres tú. La opinión más importante en tu vida es la tuya, recuerda lo que es obvio, y a veces no tanto: nadie puede vivir tu vida por ti. El poder es tuyo en el momento en que empiezas a asumirlo.
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archivo
April 2021
De estrenoCada domingo compartiré las lecciones que me deja el camino. Mi meta es que podamos inspirarnos juntos y crecer de nuestras experiencias diarias. Vamos a empezar esta semana con pasión, enfoque y fe. |